Dejen en paz al sistema MIR


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La formación médica especializada en nuestro país se realiza a través del sistema MIR (Médico Interno Residente). Una vez se concluyen los seis años de estudio de la carrera de Medicina, se afronta un examen de más de 200 preguntas, que tiene lugar el mismo día y a la misma hora en las capitales de provincia. A partir de los resultados de ese examen, junto con las calificaciones de la carrera, se accede a los hospitales donde se adquiere el título de especialista, en un programa de formación con responsabilidad creciente que dura cuatro o cinco años, según la especialidad.



De acuerdo a la posición que se obtiene en la lista de resultados, y de entre toda la oferta de plazas en todos los hospitales del país con docencia de posgrado, se puede elegir especialidad y lugar. Existen más posibilidades a mejor número se tiene, pero, en general, hay un cierto margen de maniobra y la gente que de veras se ha preparado suele superar el examen y acceder a la formación especializada, teniendo en cuenta que la ratio es de 1-2 candidatos por cada plaza.

Antes, más complicado

Eso no era así cuando yo estudié Medicina. En ese momento había muchos más candidatos que plazas, en proporción de 15-20 por plaza. Mucha gente bien formada y con vocación nunca superó el examen y se dedicó a otras profesiones o facetas de la Medicina (docencia, investigación, industria farmacéutica), o bien se fue a formar fuera de España. En ocasiones, superar el examen MIR conllevó estudiar durante años y presentarse a diversas convocatorias; no fue nada fácil.

Es un sistema que lleva décadas funcionando, sigue el modelo de formación norteamericano y disfruta del respeto de la práctica totalidad de sistemas sanitarios del planeta, con una calidad contrastada. Por eso es gravísimo que, por motivos políticos, se pretenda modificar parte de ese modelo, entregando el sistema de acceso a una comunidad autónoma, como es Cataluña (quién sabe si en el futuro pudiera ocurrir también en el País Vasco). Aquello que funciona no debe modificarse; todavía menos si el objetivo no es mejorarlo, sino contentar reivindicaciones espurias.

Médico general

La gravedad del momento

Por lo general, mis entradas se refieren a la vida de un médico, a sus vivencias y experiencias, leídas en clave cristiana. Sin embargo, la gravedad del momento presente me obliga a pronunciarme sobre un asunto diferente. En esta misma línea se han pronunciado ya la organización médica colegial, numerosos colegios de médicos y sindicatos profesionales, así como la confederación estatal de sindicatos médicos.

Nos hallamos ante una forma de gobierno que emponzoña y mancilla todo aquello que toca. Por eso, y siguiendo el ejemplo de muchas otras instancias del mundo de la Medicina que quieren preservar la eficacia de nuestro sistema de formación especializada, desde estas líneas solicito, ruego y exijo que dejen en paz al sistema MIR.

Recen por los enfermos, por quienes les cuidamos y por España.