Agustín Domingo Moratalla: “En el metaverso hay hambre de interioridad”

  • El filósofo abre el curso 23/24 de la Escuela de Teología en Internet de la Facultad de San Esteban, con el respaldo del presidente de la CONFER, Jesús Díaz Sariego
  • El centro de los dominicos renueva su apuesta por la formación digital para “abrir la mente y el corazón”

Agustín Domingo Moratalla, durante su ponencia

“La Inteligencia Artificial (IA) plantea un reto y enormes posibilidades para la teología”. Con esta premisa, Agustín Domingo Moratalla abordó una de las cuestiones más abiertas en el ámbito del desarrollo de las nuevas tecnologías y sus implicaciones confesionales.  El profesor de Filosofía del Derecho, Moral y Política en la Universidad de Valencia fue el ponente que dio ayer por la tarde en el espacio O_Lumen de Madrid el pistoletazo de salida al Curso 23/24 de la Escuela de Teología en Internet de la Facultad de San Esteban de los Dominicos.



Bajo el título ‘En la época de ChatGpt, ¿Inteligencia artificial o espiritual?’, Domingo Moratalla alertó de algunos de los riesgos que pueden traer consigo las nuevas tecnologías, como el hecho de  “tener niños a la carta e intervenir en los procesos biológicos”, o el hecho de que  “con un microchip integrando ya no haya necesitad de estudiar tanto”.  Este proceso de sintetización tecnológica va a ser clave”, insistió. A este respecto, aclaró que “cuando decimos que las máquinas aprenden no es cierto: reproducen procesos”.

El concepto del tiempo

Pero lejos de detenerse ahí, el investigador ahondó en las puertas a la reflexión que abre la IA. “Cuando hallas con los expertos de la IA solo entienden el tiempo de los relojes y el biológico”, apuntó, poniendo la mirada previamente en cómo la teología está llamada a adentrarse en “descubrir el tiempo relatado frente al tiempo computado”.

En el metaverso, hay hambre de interioridad. En algún momento también en el metaverso surgen preguntas que necesitan respuestas”, compartió, sabedor de que  “la IA va a hacer que perdamos interioridad”. “Socorro, que me quitan mi yo y me quedo esa dimensión importante”, alertó en un tono coloquial.

Muerte y eternidad

En esta misma línea, dejó caer que la IA está dejando calar el mensaje de “una infinita poderosa frente la finitud del ser humano”, con las implicaciones que tiene en los conceptos de muerte y de eternidad. Es en este punto, cuando planteó que la teología ha de ofrecer respuestas desde el concepto de la encarnación.

“En realidad los expertos de la IA están creando un mito, pensando que vamos a vivir más y que van a dar sentido a nuestra vida, cuando en realidad no es así”, advirtió el docente. Frente a ello, el docente invitó a los presente a abordar una “desmitificación teológica de la IA”.

Construir comunidad

Con esta provocadora reflexión de Agustín Domingo Moratalla como marco de referencia, el director del centro de formación de los dominicos, Rodrigo Hidalgo, expuso cómo esta revolución tecnológica implica un “desafío para seguir construyendo comunidad y general vínculos”. A la par, presentó los dos programas formativos que la Escuela de Teología en Internet tiene en marcha para este nuevo curso. El primero, centrado en Estudios Teológicos, que incorpora filosofía, historia de la Iglesia y todas las materias teológicas propias de un programa de Ciencias Religiosas. El segundo abordar la Formación Teológica desde  formación sistemática en teología, equivalente al anterior.

El presidente de CONFER, Jesús Díaz Sariego, entrega los diplomas en presencia del director del centro, Rodrigo Hidalgo

El presidente de CONFER, Jesús Díaz Sariego, entrega los diplomas en presencia del director del centro, Rodrigo Hidalgo

Hidalgo ejerció de anfitrión durante la entrega de diploma a los alumnos que ya han concluido su formación, entre los que se encuentran sacerdotes, religiosos, laicos y también religiosas de clausura. Fue el provincial de los dominicos y presidente de la Conferencia Española de Religiosos (Confer), Jesús Díaz Sariego, quien dio uno a uno el reconocimiento a los estudiantes. “A medida que uno suma años, descubre que la teología y la filosofía no solo abre la mente sino que cambia el corazón”, relató Díaz Sariego, que subrayó, que además “ayuda a entender la vida, lo bueno y lo malo”.  “Jamás pensé que en estos años que tengo que dedicarme a tareas de gobierno dejando las aulas, que la teología me ayudaría tanto en el día a día”, remató.

Noticias relacionadas
Compartir