Aterrizar los sueños de la Cumbre de Sevilla es posible. Después de 16 años en marcha, el proyecto ‘Karonghen’, que Manos Unidad apoya en Senegal, está en su última fase. Es un ejemplo de cómo la cooperación y el poner la persona en el centro de la economía y el desarrollo dan muchos frutos. Se trata de una iniciativa implementada junto a su socio local, CPAS, y con cofinanciación de la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo), en la región de la Casamance, al sur de Senegal. El nombre lo dice todo: ‘Karonghen’ significa ‘Renacimiento’ en lengua diola.
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“Es una zona alejada del centro económico del país y que históricamente ha estado un poco abandonada por el Gobierno, además de condicionada por el conflicto armado que vivió su apogeo en los 80 y que todavía da algunos coletazos”, explica a ‘Vida Nueva’ Cindy Jiménez Cadena, coordinadora expatriada del Convenio AECID en Senegal. Las principales beneficiadas son las mujeres, lo que repercute en el resto de la comunidad.
Huertas, pozos, alfabetización o el cuidado de los manglares, fundamentales en la región, son algunas de las iniciativas puestas en marcha y que han permitido un desarrollo rural sostenible, la gobernanza democrática y el empoderamiento socioeconómico de las mujeres en el departamento de Bignona. ‘Karonghen’ se desarrolla en diferentes etapas y zonas.
Por ejemplo, la primera fase “tenía un componente mucho más de respuesta en diversas áreas, como salud, infraestructuras o temas agrícolas”, y “hemos llegado a otra donde realmente hay un desarrollo bastante fuerte de la experiencia técnica en términos agrícolas, del acompañamiento a las comunidades y de cómo generar acciones de gobernanza que permitan el empoderamiento de las mujeres”.
Pero no solo desde la economía, sino también “a nivel político, social y comunitario”, esgrime Cindy, quien insiste en que esto no se consigue de un día para otro, sino a partir del desarrollo “de toda una metodología de acompañamiento, supervisión y formación de la producción agrícola con objetivos a corto y medio plazo”.
Último convenio
Juan Ramón López-Baisson, técnico del programa, explica que este va a ser el último convenio porque “ya hemos completado toda la zona de intervención. En ese sentido, la patata le corresponde ya más a las organizaciones locales, para desarrollar su incidencia política y la búsqueda de recursos propios”.