José Arjona Gil: “Hay que recuperar, potenciar y purificar la piedad popular”

Alistarse, pagar la cuota y salir a procesionar. Conscientes del tirón de la piedad popular en un ambiente descreído, la Iglesia busca que la estación de penitencia no sea flor de un día, sino que se integre en el peregrinar cristiano a lo largo del año. Así nace ‘Alma cofrade’ (PPC), itinerario elaborado por el sacerdote José Arjona Gil, delegado diocesano de Iniciación Cristiana en Asidonia-Jerez.



PREGUNTA.- ¿Una formación al alcance de cualquier cofrade?

RESPUESTA.- Sin duda. La propuesta nace en respuesta a la carta pastoral de los obispos del Sur sobre la piedad popular: María, Estrella de la Evangelización. Busca de manera sencilla poner al mundo cofrade en formación para ahondar en los misterios que las cofradías resaltan con sus titulares. Es un itinerario de fe, en clave de formación cristiana, con dos puntos centrales: la Palabra de Dios, que se capilariza en los distintos pasos, y la oración y el compromiso, esto es, saber orar con las imágenes que el cofrade tiene en su hermandad, ante estos iconos plásticos, ante el misterio de la encarnación del Hijo de Dios: la pasión, muerte y resurrección. Este itinerario comienza con la entrada triunfal de Jesús en Jerusalén y culmina con la resurrección, pero también incluye el tiempo de gloria, dedicado al Corpus y a la Virgen María.

Catequesis permanente

P.- ¿Se han tomado en serio la formación las cofradías en los últimos años?

R.- Uno de los vacíos que hay en las hermandades y cofradías es una formación sistemática. No charlas esporádicas, que también son necesarias. Se trata de ahondar con una programación en una formación teológica y espiritual, con una catequesis progresiva y permanente. Cualquier cofrade, pero especialmente un hermano mayor y su junta de gobierno, tienen que estar formados para llevar adelante su misión.

P.- ¿Es el mejor antídoto al postureo ‘semanasantero’?

R.- Posiblemente. No se es cofrade para sacar a la calle los pasos cuatro o cinco días al año y se terminó. La formación es clave porque va a ayudar al cofrade a ahondar en la espiritualidad de la vida cristiana.

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