María Guijarro, la cristiana socialista artífice de la nueva Ley de Cooperación

En 1994, se plantó con su tienda de campaña en la Plaza del Arenal de Bilbao. Entonces, las ONG y la Iglesia se echaron a la calle para reclamar el 0,7% del PIB para ayuda internacional y exigir que se condonara la deuda externa de los países empobrecidos. Aquellas reivindicaciones cayeron en el olvido. Pero no para María Guijarro, a la que le sigue corriendo por las venas la vocación de cooperante. No solo se formó para ello, sino que lo materializó como trabajadora de Alboan, la ONG jesuita de cooperación internacional en Euskadi y Navarra.



Gracias una excedencia, esta cristiana socialista aparcó su labor allí cuando la ficharon como directora de Cooperación de la Diputación de Vizcaya. De ahí, dio el salto a diputada en el Congreso hace algo más de tres años, en los que se ha volcado para sacar adelante el proyecto de Ley de Cooperación para el Desarrollo Sostenible y la Solidaridad Global.

El 9 de febrero comprobaba cómo el Congreso aprobaba la nueva normativa con el apoyo de todos los grupos parlamentarios salvo Vox. Un apoyo, tan mayoritario como excepcional en tiempos de frentismo, aplaudido por todas las plataformas sociales. “La nueva norma fortalece y adapta nuestro marco legal a las necesidades y retos globales a los que nos enfrentamos”, aplaude Pedro Carceller, técnico del Equipo de Incidencia Política de Cáritas Española.

Estatuto del cooperante

El texto aprobado da rango legal a su lucha particular para destinar el 0,7% de la Renta Nacional Bruta al desarrollo y establece que un 10% de la Ayuda Oficial al Desarrollo se destine a ayuda humanitaria, esto es, a emergencias directas como el terremoto de Turquía y Siria. Además, “cualquier proyecto de cooperación en España debe tener un enfoque feminista”, subraya Guijarro sobre la urgencia de apostar por la igualdad en contextos de mayor vulnerabilidad. La nueva ley pone las bases también para crear el no menos demandado estatuto del cooperante: “En seis meses se marca que deben establecerse algunos reglamentos para dignificar esta figura, cuyo estatus es mejorable”.

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