El cardenal Carlos Osoro considera que “la sinodalidad es fácil de expresar con palabras, pero complicado a la hora de ponerlo en práctica”. Con estas palabras, el arzobispo de Madrid abrió el seminario internacional ‘Una Iglesia sinodal: de Pablo VI a Francisco’, convocado por la Fundación Pablo VI con la colaboración de PPC Editorial. Osoro cree que la escucha es la vía para lograr ese “caminar juntos”.
“El camino sinodal empieza implicando al pueblo, escuchando al pueblo”, subrayó el purpurado que recordó, cómo este sendero se forjó en el Concilio Vaticano II, para recordar a continuación, parafraseando al Papa, que “la historia de la Iglesia es una historia de amor”.
“En mi caso, he cambiado el sistema de trabajo de los distintos consejos, como el presbiteral o económico, para fomentar esa escucha recíproca. Al hacerlo así, todos los miembros se sienten protagonistas y todos construimos sobre cada uno de los temas concretos”, desveló durante el acto de apertura.
Resistencia a los cambios
Ante el foro de expertos, Osoro alertó de las tentaciones que pueden frenar la sinodalidad “como el miedo o como no poner a Cristo en el centro, sino nuestra opinión y nuestras ideas”. “A esto hay que unir la incredulidad que todavía tenemos hacia Jesús, porque seguimos sin querer meter el dedo en la llaga de aquellos que sufren, de quienes viven abandonados o en conflictos”, apuntó, a la vez que subrayó: “Tenemos que meternos en la herida, en la vida de la gente, pero a veces hacemos elucubraciones de lejos”.
Los participantes en la sesión de apertura del seminario sobre la Iglesia sinodal/JESÚS G.FERIA
En el acto de apertura, también tomó parte Rafael Luciani, impulsor del Grupo Iberoamericano de Teología, que viajó directamente de Puebla para respaldar el simposio. “Para nosotros estos días van a ser una riqueza y un aprendizaje”, explicó Luciani, que hizo hincapié en la necesidad de que la sinodalidad se traduzca en una reforma de las estructuras, tal y como plantearon estos días en su encuentro mexicano. En este sentido, propuso la reciprocidad como la herramienta principal para avanzar desde el trabajo en equipo, en diálogo.
Por su parte, la secretaria general de la Fundación Pablo VI, Teresa Compte, dio la bienvenida a los asistentes y presentó el simposio como “un espacio de encuentro, de reflexión, teológica y pastoral, entre teólogos y canonistas que son pastoralmente comprometidas”. “Los frutos los veremos a partir del martes por la noche, cuando concluyamos estas jornadas de trabajo”, añadió Compte.
