El primer ministro irlandés le pide al Papa que pase “de las palabras a los hechos” con la pederastia

El primer ministro irlandés, Leo Varadkar

El primer ministro irlandés, Leo Varadkar, es un buen ejemplo del cambio social que ha vivido el país en las últimas décadas. Hijo de un emigrante indio y de una irlandesa, se crió en la fe católica y se graduó en Medicina, una profesión que concilió con la política en el Fine Gael, principal partido de la centro derecha irlandesa y de inspiración cristiana. Homosexual declarado, está casado con Matt Barrett, también médico, y se ha declarado a favor del aborto, cuya liberalización sacó adelante en Irlanda con el referéndum celebrado el pasado mes de mayo con el 66% del apoyo popular.

En el discurso que ha realizado en el Castillo de Dublín antes de que hablara el Papa, en la mañana de este 25 de agosto, Varadkar ha reconocido la labor de la Iglesia católica en el país, pero no ha escondido sus errores ni tampoco el gran cambio que ha vivido la sociedad irlandesa y que él mismo personifica.

Viaje a Irlanda del Norte

“Santo Padre, le agradecemos su cuidado de la Tierra, su énfasis hacia el urgente desafío del cambio climático y que nos recuerde nuestras responsabilidades”, le ha dicho al principio el jefe de Gobierno, deseando que, “en una futura visita”, Francisco pueda también viajar a Irlanda del Norte.

La parte más descarnada de la alocución de Varadkar ha llegado cuando ha empezado a hablar de los “aspectos oscuros” de la historia de la Iglesia, marcados por “la pena y la vergüenza”. “En lugar de caridad cristiana, perdón y compasión, demasiado a menudo hubo juicio, severidad y crueldad, en particular hacia las mujeres, los niños y quienes se encontraban en los márgenes”, ha denunciado el primer ministro, para quien hay heridas que “todavía están abiertas” y queda aún “mucho por hacer” para llevar “justicia y verdad” para los supervivientes de abusos.

Escuchar a las víctimas

“Santo Padre, le pido que use su posición e influencia para garantizar que esto se lleva a cabo en Irlanda y en todo el mundo”, le ha reclamado Varadkar a Francisco. “Solo puede haber ‘tolerancia cero’ -ha añadido- para quien abusa de niños inocentes o facilita ese abuso”, destacando que ha llegado el momento de pasar de “las palabras a los hechos”. Su exigencia tenía en el centro a las víctimas, a las que el Papa debe “escuchar” por encima de cualquier otra consideración.

Al hablar sobre la “creciente diversidad” de la sociedad irlandesa, el primer ministro ha recordado las leyes aprobadas en los últimas años y que han entrado en conflicto con la doctrina católica, como las relativas al divorcio, el aborto o el matrimonio gay. “Creo que ha llegado la hora de construir una nueva relación entre la Iglesia y el Estado en Irlanda” en la que la religión ya no esté “en el centro de nuestra sociedad”, pero que siga, aun así, ocupando “un lugar importante”.

Y es que Irlanda, ha conclido Varadkar, es “un país diferente” al que encontró Juan Pablo II cuando lo visitó hace ya 39 años.

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