Francisco en el avión de vuelta de Ginebra: “Un país debe acoger a todos los refugiados que pueda integrar”

Francisco en el avión de vuelta de su viaje a Ginebra

Mientras Bergoglio recogía las aclamaciones de la enfervorizada multitud que había rebosado el Palaexpo de Ginebra, los periodistas que le acompañábamos ya estábamos en el avión papal. Las azafatas de Alitalia comenzaron enseguida a obsequiarnos con diversas ‘pizzette’ y canapés, lo cual disipó nuestras inquietudes sobre la duración de la habitual conferencia de prensa en el vuelo de regreso a Roma; la cena ligera permitió que el encuentro del Papa con nosotros, que comenzó a las 20:15 horas, se prolongara hasta casi las nueve.

Con el paso del tiempo, estas conferencias de prensa en el avión han adoptado un cierto formato: se comienza con preguntas sobre el viaje y después, si el tiempo lo permite, se alarga a otras cuestiones planteadas por exponentes de los diversos grupos lingüísticos que previamente se han puesto de acuerdo.

A nuestros lectores les interesa conocer qué respondió a Francisco a nuestra colega de la COPE, Eva Fernández, cuando le preguntó sobre los refugiados y los emigrantes. Esta fue su respuesta, ligeramente sintetizada por nosotros: “He hablado tanto sobre los refugiados, y los criterios son estos: acoger, proteger, promover, integrar. Después, también he dicho que cada país debe hacer esto con la virtud de quien gobierna, que es la prudencia, porque un país debe acoger a todos los refugiados que pueda integrar, es decir, educar, darles trabajo… Esto es, diríamos, el plan tranquilo, sereno, de los refugiados. Ahora estamos viviendo una oleada de refugiados que huyen de las guerras y del hambre. Guerra y hambre de tantos países de África, guerras y persecuciones en Oriente Medio. Italia, Grecia han sido muy generosas en la acogida. En el Oriente Medio –respecto a Siria– Turquía ha recibido a tantos; en Líbano, hay tantos sirios, casi tantos como libaneses; y también Jordania y otros países. También España les ha acogido”.

Los traficantes y sus cárceles

“Hay el problema del tráfico de emigrantes… Yo he visto fotos de las cárceles de los traficantes. Los traficantes separan a las mujeres de los hombres; solo Dios sabe dónde van las mujeres y los niños… Las cárceles de los traficantes para los que regresan son terribles, terribles. En los campos de concentración de la II Guerra Mundial se veían cosas así. También mutilaciones, torturas… Y después los arrojan a las fosas comunes. Por eso, los gobiernos se preocupan y no quieren que los que regresan caigan en sus manos. Es una preocupación mundial. Sé que los gobiernos hablan de esto y quieren encontrar un acuerdo, también modificar el Acuerdo de Dublín”.

“En España vosotros habéis tenido el caso de esa nave que ha llegado a Valencia, pero todo este fenómeno es un desorden. El problema de las guerras es difícil de resolver, también lo es el problemas de las persecuciones, en Oriente Medio y también en Nigeria. Pero el problema del hambre se puede resolver, y varios gobiernos europeos están pensando en un plan de urgencia para invertir en esos países, invertir inteligentemente para dar trabajo, educación, ambas cosas”.

América, de norte a sur

“Vamos a América. En América, hay un gran problema migratorio; y en América Latina también hay un programa migratorio interno. En mi patria hay un problema migratorio del norte al sur; las gentes dejan el campo porque no hay trabajo, y van a las grandes ciudades; y existen estas megalópolis, las ‘barracópolis’, y tantas otras cosas… Pero hay también una migración externa hacia otros países que dan trabajo. Hablando concretamente, hacia Estados Unidos. Estoy de acuerdo con lo que dicen los obispos de esos países. Me uno a ellos. Gracias”.

Intercomunión en Alemania

En otros momentos, Francisco abordó el problema de los obispos alemanes y la decisión de Roma de no autorizar la publicación del documento que habían preparado sobre el acceso de un cónyuge no católico a la comunión católica. Según el Papa, la propuesta alemana “no es una novedad, porque el Código de Derecho Canónico lo prevé… Dice que el obispo de una diócesis particular – importante, particular, si es una diócesis– debe gestionar ese asunto, está en sus manos”.

Antes de retirarse, hizo venir al hasta ahora sustituto de la Secretaría de Estado para que le saludáramos, ya que es la última vez que acompañará al Papa en sus viajes, puesto que será nombrado cardenal. “Cambiará de color –dijo Bergoglio–, pero no por vergüenza”.

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