Francisco reclama en la ONU en Kenia un “cambio de rumbo internacional” para preservar el medio ambiente

En vísperas de la cumbre COP21 de París sobre el cambio climático

Francisco, durante su discurso ante la sede de la ONU de Nairobi

Francisco, durante su discurso ante la sede de la ONU de Nairobi

M.PÉREZ | Como colofón a su segunda jornada en el continente africano, el papa Francisco ha visitado la sede de las Naciones Unidas en Kenia, centro mundial de la ONU encargado del medio ambiente. ¿Qué mejor lugar para hacer un llamamiento en favor de la población más necesitada del planeta? En vísperas de la inminente cumbre COP21 de París sobre el cambio climático (comenzará el próximo lunes 30 de noviembre), Bergoglio ha exhortado a las grandes potencias mundiales para que alcancen “compromisos firmes para la protección de la naturaleza”, guiados por un “diálogo sincero y abierto, con la cooperación responsable de todos”.

Antes de entrar en el aula de conferencias, Francisco ha sido invitado a plantar un árbol en el parque del Centro de las Naciones Unidas. “Quise aceptar este gesto simbólico y sencillo, cargado de significado en tantas culturas. Plantar un árbol es una invitación a seguir luchando contra fenómenos como la deforestación y la desertificación. Nos recuerda la importancia de tutelar y administrar responsablemente aquellos pulmones del planeta”.

A tan solo cuatro días de la cumbre COP21 de París sobre el cambio climático, el Papa ha afirmado que “sería triste y me atrevo a decir, hasta catastrófico, que los intereses particulares prevalezcan sobre el bien común y lleven a manipular la información para proteger sus proyectos”.

“La COP21 es un paso importante en el proceso de desarrollo de un nuevo sistema energético, que dependa al mínimo de los combustibles fósiles, busque la eficiencia energética y se estructure con el uso de energía con bajo o nulo contenido de carbono. Estamos ante el gran compromiso político y económico de replantear y corregir las disfunciones y distorsiones del actual modelo de desarrollo”.

Cambio de rumbo mundial

En palabras de Francisco, “es necesario un diálogo sincero y abierto”, que traiga un cambio en la cooperación responsable de todos: autoridades políticas, comunidad científica, empresas y sociedad civil.

Pero este “cambio de rumbo internacional” no es posible realizarlo sin un compromiso sustancial por la educación y la formación. “Una formación destinada a fomentar en niños y niñas, mujeres y hombres, jóvenes y adultos, la asunción de una cultura del cuidado; cuidado de sí, cuidado del otro, cuidado del ambiente; en lugar de la cultura de la degradación y del descarte”.

“Son muchos los rostros, las historias, las consecuencias evidentes en miles de personas que la cultura del degrado y del descarte ha llevado a sacrificar bajo los ídolos de las ganancias y del consumo. Son muchas vidas, son muchas historias, son muchos sueños que naufragan en nuestro presente. No podemos permanecer indiferentes ante esto. No tenemos derecho”

Bergoglio también ha querido expresar su aliento “a cuantos, a nivel local e internacional, trabajan para asegurar que el proceso de urbanización se convierta en un instrumento eficaz para el desarrollo y la integración, a fin de garantizar a todos, y en especial a las personas que viven en barrios marginales, condiciones de vida dignas, garantizando los derechos básicos a la tierra, al techo y al trabajo”.

Organización Mundial del Comercio

Del 15 al 18 de diciembre de 2015, Nairobi, la capital de Kenia, acogerá la Décima Conferencia Ministerial de la OMC. El Papa ha expresado su deseo de que “las deliberaciones no sean un simple equilibrio de intereses contrapuestos, sino un verdadero servicio al cuidado de la casa común y al desarrollo integral de las personas, especialmente de los más postergados”.

En particular, ha compartido sus preocupaciones respecto a la asistencia sanitaria: “Los Tratados de libre comercio regionales sobre la protección de la propiedad intelectual, en particular en materia farmacéutica y de biotecnología, no sólo no deben limitar las facultades ya otorgadas a los Estados por los acuerdos multilaterales, sino que, al contrario, deberían ser un instrumento para asegurar un mínimo de atención sanitaria y de acceso a los remedios básicos para todos. Algunos temas sanitarios, como la eliminación de la malaria y la tuberculosis, la cura de las llamadas enfermedades huérfanas y los sectores de la medicina tropical desatendidos, reclaman una atención política primaria, por encima de cualquier otro interés comercial o político”.

Comercio ilegal

Si bien “el patrimonio africano y de toda la humanidad sufre un constante riesgo de destrucción, causado por egoísmos humanos de todo tipo y por el abuso de situaciones de pobreza y exclusión”, el papa Francisco no ha dejado pasar la oportunidad de denunciar “los tráficos ilegales que crecen en un ambiente de pobreza y que, a su vez alimentan la pobreza y la exclusión. El comercio ilegal de diamantes y piedras preciosas, de metales raros o de alto valor estratégico, de maderas y material biológico, y de productos animales, como el caso del tráfico de marfil y la consecuente matanza de elefantes, alimenta la inestabilidad política, el crimen organizado y el terrorismo”.

Finalmente, Francisco se ha despedido de los miembros de la ONU presentes en Nairobi renovando su compromiso de seguir rezando y colaborando “para que los frutos de la cooperación regional que se expresan hoy en la Unión Africana y en los muchos acuerdos africanos de comercio, cooperación y desarrollo sean vividos con vigor y teniendo siempre en cuenta el bien común de los hijos de esta tierra”.

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