Misericordia, compasión y paz para la católica Filipinas

El país ansía escuchar el mensaje de paz de Francisco en la segunda parte del viaje a Asia

muchedumbre grupo de gente fieles católicos en Filipinas

ÁNGEL CALVO, CMF (ZAMBOANGA, FILIPINAS) | La visita que realiza el papa Francisco a Filipinas está causando una gran ola de entusiasmo y de grandes expectativas. Es la cuarta visita de un pontífice al país desde el viaje de Pablo VI en 1970, también como entonces después de un gran tifón. Por deseo expreso del Santo Padre, se centra en Tacloban, ciudad devastada por el tifón Haiyan (conocido localmente como Yolanda), para estar con las familias afectadas y mostrar su solidaridad con la población de las islas más castigadas por los recientes desastres naturales, además de otros actos en la capital, Manila.

Millones de personas viajarán a Manila y a Tacloban para ver al Papa y recibir su bendición. La mayoría son pobres. Acuden con la gran esperanza de acompañar al Papa con su oración, para que su carisma espiritual y su popularidad contribuyan a la difusión de los valores de la familia, al respeto a los derechos humanos y la justicia social en el país.

En concordancia con el lema de su visita a Filipinas, Misericordia y compasión, esperamos que el Papa dirija su mensaje contra el gran abismo existente entre ricos y pobres, que recuerde la necesidad de crear una comunidad solidaria basada en la compasión del Evangelio y reivindique la urgencia de construir la paz, superando toda violencia en diálogo con otras culturas y tradiciones religiosas.

El asesor presidencial sobre el proceso de paz ha dicho que la visita pontificia debería impulsar la búsqueda de una paz duradera en Mindanao. Y es que la presencia del Papa llega, precisamente, en un momento en el que se espera la aprobación de la nueva Ley Orgánica que establezca un nuevo gobierno musulmán autónomo en Mindanao, en el que muchos musulmanes tienen puestas sus esperanzas para la restauración de sus derechos históricos y culturales y el progreso socioeconómico de sus comunidades. Se espera que el Papa impulse este proceso de paz entre las comunidades cristiana y musulmana reforzando la armonía.

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En el nº 2.925 de Vida Nueva

 

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