El Papa al Cuerpo Diplomático: “El fundamentalismo religioso rechaza a Dios”

Francisco denuncia también ante los embajadores la esclavitud y la situación de los refugiados

discurso del papa Francisco a los embajadores Cuerpo Diplomático 12 enero 2015

M. PÉREZ | Con un marcado carácter de condena del terrorismo y fundamentalismo religioso, el papa Francisco se ha dirigido esta mañana a los miembros del Cuerpo Diplomático, como hace al inicio de cada año. “El fundamentalismo religioso, antes incluso de descartar a seres humanos perpetrando horrendas masacres, rechaza a Dios relegándolo a mero pretexto ideológico”, ha sentenciado el Santo Padre. “Es necesaria una respuesta unánime que impida que se propague la violencia, restablezca la concordia y sane las profundas heridas que han provocado los incesantes conflictos”.

Francisco ha agradecido a todos los diplomáticos presentes “su compromiso constante por favorecer e incrementar las relaciones de los países y las organizaciones internacionales que representan con la Santa Sede”. En este último año, se han seguido consolidando, ya sea mediante el aumento del número de Embajadores residentes en Roma, o mediante la firma de nuevos Acuerdos bilaterales de carácter general, como el rubricado en enero con Camerún, y de interés específico, como los firmados con Malta y Serbia.

Actualmente la Santa Sede tiene relaciones diplomáticas plenas con 180 países, a los que hay que añadir la Unión Europea y la Soberana Orden Militar de Malta, y una misión con carácter especial: la del Estado de Palestina. En cuanto a las Organizaciones Internacionales, está presente en la ONU en calidad de Estado observador, y es además miembro de diversas Organizaciones o Agencias del Sistema ONU.

Como ha hecho en otras ocasiones, Francisco ha condenado la “cultura del descarte que no respeta nada ni a nadie: desde los animales a los seres humanos, e incluso al mismo Dios”: “De ahí nace la humanidad herida y continuamente dividida por tensiones y conflictos de todo tipo. Una cultura que rechaza al otro, que destruye los vínculos más íntimos y auténticos, acaba por deshacer y disgregar toda la sociedad y generar violencia y muerte. Lo podemos comprobar lamentablemente en numerosos acontecimientos diarios, entre los cuales la trágica masacre que ha tenido lugar en París estos últimos días”.

En este sentido, el Santo Padre ha vuelto a pedir hoy a los “dirigentes religiosos, políticos e intelectuales, especialmente a los musulmanes” que condenen “cualquier interpretación fundamentalista y extremista de la religión que pretenda justificar la violencia“, condenando “el terrorismo de carácter fundamentalista”: “El fundamentalismo religioso antes incluso de descartar a seres humanos perpetrando horrendas masacres, rechaza a Dios, relegándolo a mero pretexto ideológico”.

Conflictos internacionales

En su discurso, el Papa ha hecho un repaso por los actuales conflictos internacionales, desde Ucrania (“convertida en un dramático escenario de confrontación”), hasta Oriente Medio (“la amada tierra de Jesús, donde tengo la esperanza firme de que se puedan retomar las negociaciones entre las dos partes, para que cese la violencia y se alcance una solución que permita, tanto al pueblo palestino como al israelí, vivir finalmente en paz”).

Pasando por Nigeria (“donde no cesa la violencia que sufre indiscriminadamente la población, y crece cada vez más el trágico fenómeno de los secuestros de personas”), y otras partes de África, como Libia (“devastada por una larga guerra intestina que causa incontables sufrimientos entre la población”), República Centroafricana (“en la que constatamos con dolor cómo la buena voluntad que ha animado los trabajos de quienes quieren construir un futuro de paz, seguridad y prosperidad, encuentra resistencias e intereses egoístas”), y Sudán, Cuerno de África o República Democrática del Congo (“donde no deja de aumentar el número de víctimas entre la población civil, y miles de personas, muchas de ellas mujeres y niños, se ven obligadas a huir y a vivir en condiciones de extrema necesidad”).

“Todos los conflictos bélicos son la manifestación más clara de la cultura del descarte, pues, en ellos, las vidas son deliberadamente pisoteadas por quien ostenta la fuerza”, ha afirmado el Santo Padre.

Diálogo internacional

También palabras, en este caso de aliento, para el reciente acuerdo de diálogo entre Estados Unidos y Cuba, donde el Papa ha agradecido “el fin a un silencio recíproco que ha durado medio siglo y de acercarse por el bien de sus ciudadanos”.

Sin olvidar a Burkina Faso, (“que está pasando por un período de importantes transformaciones políticas e institucionales, para que un renovado espíritu de colaboración pueda contribuir al desarrollo de una sociedad más justa y fraterna”), a Filipinas (“quiero destacar con satisfacción la firma el paso mes de mayo del Acuerdo que pone fin a largos años de tensión), a Colombia y Venezuela (“animo los esfuerzos realizados para lograr una paz estable”), y a Estados Unidos de nuevo (“me llena de satisfacción también la decisión de cerrar la cárcel de Guantánamo, para lo cual algunos países han manifestado generosamente su disponibilidad para acoger a los presos”).

Finalmente, el Santo Padre ha concluido su discurso expresando su “reconocimiento y animando a todos aquellos países que están comprometidos activamente en la consecución del desarrollo humano, la estabilidad política y la convivencia civil entre sus ciudadanos”.

Crónica de Darío Menor desde Roma, solo suscriptores

 

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