Martín Gak: “¿Quién puede creer al que habla de humildad y gasta 15.000€ en un bañera?

Martín Gak apunta que “cuando se predica agua y se bebe vino, no se inspira confianza”

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Martín Gak es doctor en Filosofía en la New School for Social Research, en Nueva York. Su campo de trabajo es la ética. Escribió su tesis sobre la moral religiosa y la ética secular como bases de la política.

PREGUNTA: ¿Qué repercusiones puede tener el caso Tebartz-van Elst en el seno de la Iglesia católica alemana?

RESPUESTA: Según las últimas encuestas, en Alemania nadie tiene ganas de cortarle los víveres a la Iglesia católica y a la protestante. Tampoco hay esa intención desde la CDU [el partido de la canciller, Angela Merkel] o por parte de los socialdemócratas, así que lo interesante sería ver si, a partir de este caso, hay algún cambio en la actuación política.

De todas formas, si en un año no se ha registrado ningún cambio significativo, no espero grandes repercusiones, y más cuando estamos hablando de una institución que es el mayor empleador alemán y que está metida en diferentes compañías. Lo primero que habría que demandar es una mayor transparencia, algo que sin embargo es muy difícil debido al tamaño de la Iglesia católica.

P: Con lo cual, ¿no saben los fieles alemanes a dónde va su dinero?

R: No, por supuesto que no, y de ahí que debamos cuestionarnos cuáles van a ser las líneas de confrontación política en el seno de la Iglesia, porque evidentemente no es una cuestión de teología o moral, sino de intereses políticos y financieros muy pesados.

P: El escándalo de Limburgo se ha aprovechado desde algunos sectores para reclamar cambios en el seno de la Iglesia. ¿Hay un debate en torno a este caso?

R: Hay dos asuntos, principalmente. Por un lado, la necesidad de que la Iglesia sea más transparente; y, por otro, la pregunta que debe hacerse uno es cómo en un país laico sigue siendo viable que el ciudadano pague unos impuestos para costear una Iglesia que viene a funcionar como una corporación, a pesar de que, como estamos viendo en la actualidad, hay diferentes elementos de presión en la Iglesia alemana, que ya no solo llegan desde el Vaticano, sino también desde el pueblo alemán.

Lo que también es cierto, y esto debe estar computado, es que las Iglesias alemanas están perdiendo gente a borbotones, una hemorragia demográfica. Cuando se predica agua pero se bebe vino, no se inspira ninguna confianza, ya no solo en términos políticos y financieros, sino también espirituales. Existencialmente, ¿quién puede creer a una persona que habla de humildad y se compra una bañera de 15.000 euros?

En el nº 2.895 de Vida Nueva
 

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