Madrid alberga otra multitudinaria Misa de la Familia

(M. Á. Malavia) Por cuarto año consecutivo, Madrid albergó el domingo 2 de enero a cientos de miles de personas para celebrar la Misa de la Familia, desarrollada en un ambiente festivo y en el que se hizo notar la masiva presencia de miembros del Camino Neocatecumenal. Cincuenta obispos españoles y europeos –se pretende que sea una cita de referencia internacional–, entre los que se encontró el presidente del Pontificio Consejo para la Familia, Ennio Antonelli, concelebraron la eucaristía que tuvo lugar en la Plaza de Colón, presidida por el arzobispo de Madrid, Antonio Mª Rouco Varela.

En su homilía, éste pidió a las familias aceptar el “reto histórico” de ser “signos e instrumentos imprescindibles de la esperanza para Europa en una de sus horas más complejas y dramáticas”. En este sentido, advirtió contra los retos a los que han de responder: el aborto, la eutanasia, las rupturas matrimoniales, el distanciamiento en las relaciones sociales, el envejecimiento de la población, la crisis demográfica o el desempleo.

Una conexión con la Plaza de San Pedro permitió enlazar con el rezo del Angelus. Benedicto XVI invitó a los congregados a ser “genuinos servidores del amor que acoge, acompaña y defiende la vida”. Apuntando al modelo de la Sagrada Familia, solicitó de las familias cristianas que sean “auténticos santuarios de fidelidad, respeto y comprensión”.

El encuentro fue criticado por miembros del PSOE, como la portavoz de su Comité Electoral, Elena Valenciano, quien tachó a la jerarquía eclesial de “muy misógina”. La ministra de Sanidad, Leire Pajín, afirmó que el Ejecutivo “ha apoyado más que nunca a la familia, a todas las familias, sean de la naturaleza que sean”.

En el nº 2.736 de Vida Nueva.

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