Arrecian las tensiones entre las dos Coreas

El presidente del Episcopado exhorta al diálogo y a la reconciliación

Peter Kang

(M. Gómez) En el aniversario del fin de la guerra civil (1953) que dividió la península coreana, se acaba de celebrar la tradicional Jornada de Oración por la reconciliación del pueblo coreano (que tuvo lugar el 20 de junio), en la que los católicos se unen en oración y ayuno por la paz en Corea del Norte y Corea del Sur. Jornada especialmente significativa este año, cuando las ONG en Corea del Norte alertan de una inminente tragedia humanitaria, si el Gobierno de Pyongyang no levanta el actual bloqueo a la ayuda.

El presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Corea (CBCK, en sus siglas en inglés) y obispo de Cheju, Peter Kang, ha urgido a encontrar nuevos caminos para el diálogo y la reconciliación ante la atmósfera de tensión que existe hoy entre las dos Coreas. En una entrevista con la Agencia Fides, se muestra preocupado por “la inminente catástrofe humanitaria en el Norte” y asegura que Cáritas Corea “no puede hacer nada si todas las actividades hacia el Norte están bloqueadas”. Con respecto a las tensiones entre ambos países, dice que “es una situación que no se registraba desde hacía décadas. Nuestra preocupación es salvar a los civiles inocentes y a los grupos más vulnerables, como los niños”. Y advierte: “La guerra sería una tragedia que todos queremos evitar”.

Con respecto a la función de la Iglesia, el presidente del Episcopado destaca que “en esta delicada situación, los líderes religiosos continúan proclamando una sola palabra: reconciliación”. “Continuaremos sensibilizando la opinión pública coreana, que hoy está dividida entre quienes comprenden la importancia de terminar con la tensión y dar nuevamente espacio al diálogo, y cuantos conservan aún hostilidad y no quisieran, se dice, ‘tender una mano a quien los ataca’”, añade.

Ayuda al Norte

Cáritas Corea, Caritas Internationalis y el Consejo de las ONG coreanas han exhortado al Gobierno surcoreano a que retome la ayuda humanitaria al Norte. Seúl se ha mostrado abierto y ha prometido “buscar caminos para reactivar los canales humanitarios, aunque se necesitará tiempo y será necesario superar diversos obstáculos”.

“No podemos olvidar a estos hermanos nuestros que no cuentan con los medios necesarios para la supervivencia, especialmente los ancianos, los niños y los enfermos”, declara el P. Francis Jung, director nacional de Cáritas Corea, a Fides, y pone un solo ejemplo como muestra: Cáritas ha dirigido en los últimos meses una campaña contra la hepatitis B para más de 500.000 niños norcoreanos entre 6 y 16 años. “Ahora la campaña que esperábamos extender a más de 3 millones de niños se ha detenido, porque el Gobierno ha bloqueado todo canal de comunicación y de transporte”.

En el nº 2.715 de Vida Nueva.

Compartir