Un cubano, nuevo embajador estadounidense en el Vaticano

Miguel H. Díaz, teólogo laico y pro vida, es el primer hispano que representa al país ante la Santa Sede

miguel-h-diaz(Araceli Cantero Guibert– Miami) Al recibir la nominación como embajador de los Estados Unidos ante el Vaticano, el pasado 27 de mayo, el teólogo cubano-americano Miguel H. Díaz ha manifestado que quiere ser “un puente entre la nación norteamericana y la Santa Sede”. Su nombramiento, que deber ser confirmado por el Senado, ha acallado rumores y expectativas en torno al cargo que deja la profesora de Harvard Mary Ann Glendon, y ha despertado valoraciones muy positivas.

Se trata de un hispano que, además de haberse manifestado a favor de la vida -aunque apoyó la campaña de Barack Obama-, se acerca al puesto no como un político de carrera, sino como un teólogo. De hecho, no han faltado ya comentarios en la prensa de su país sobre las posibles conversaciones teológicas del nuevo embajador con Benedicto XVI.

Experto en Karl Rahner y en la Trinidad, Díaz es uno de los teólogos latinos -teólogos hispanos, en los Estados Unidos-, condición que le otorga especial notoriedad, dado el crecimiento de la población hispana dentro de la Iglesia y del país. Pero se trata, asimismo, del nombramiento de un cubano coincidiendo con los inicios del proceso de normalización de las relaciones con Cuba impulsado por los Estados Unidos y deseado largamente por el Vaticano. No en vano, Díaz puede aportar su particular sensibilidad sobre el papel de la religión en la creación de una identidad común entre los cubanos.

Nacido en La Habana hace 45 años, el próximo embajador estadounidense está casado con Marian, originaria de Winona (Minnesota) y profesora adjunta en la universidad del estado. Tienen cuatro hijos: Joshua, Ana, Mani y Miguel.

De la universidad a la política

Díaz, que comparte orígenes humildes con la juez Sonia Sotomayor, recién designada para la Corte Suprema, dejó Cuba y viajó con los suyos a España en 1972, siendo el primero de su familia en acceder a la universidad. Se graduó por la Universidad de Santo Tomás de la arquidiócesis de Miami en 1988, y completó el máster (1992) y el doctorado en la Universidad de Notre Dame (2000). Antes de acceder a su nuevo cargo, enseñó en la Barry University de Miami y en el Seminario Regional St. Vincent de Paul, en Boynton Beach, Florida. Además del inglés, habla español, francés e italiano.

Durante la campaña que llevó a Obama a la presidencia del país, Díaz trabajó en su equipo de consejeros católicos  y fue uno de sus portavoces en los medios de habla hispana. Todo ello contrasta con su predecesora en el puesto, Mary Ann Glendon, quien rechazó la Medalla de las Letras de la Universidad de Notre Dame por la decisión de esta institución católica de organizar un homenaje al presidente Obama tras su elección.

Según declaraciones del decano de la Escuela-Seminario de Teología de St. John, William Cahoy, los colegas del futuro embajador están encantados con el nombramiento. “Es un hombre maravilloso, que además de su pasión por la Iglesia y por la Trinidad es, sobre todo, capaz de unir a la gente, incluso cuando esto pueda implicar intercambios difíciles”, reconoció Cahoy. Desde su llegada a St. John, en 2004, Díaz ha impulsado una serie de encuentros llamados Changing faces (Rostros cambiantes) para ayudar a los líderes hispanos de las parroquias a servir mejor a la población hispana en crecimiento y para mejorar el estatus de los afroamericanos en la Iglesia.

La que fuera directora de la Pastoral Hispana en la arquidiócesis de St. Paul y Minneapolis, Anne Attea, por su parte, piensa que el nombramiento de Díaz “es una decisión excelente”, porque “más que nunca necesitamos líderes capaces de construir puentes y de ayudarnos a encontrar un terreno común.” 

Mientras, el nuncio en los Estados Unidos, Pietro Sambi, se ha referido al origen hispano del nuevo embajador y ha manifestado que “los latinoamericanos deben sentirse orgullosos…, es una selección excelente, por su conocimiento de los Estados Unidos y por su historia”.

Finalmente, el abad John Klassen, canciller de la Universidad de St. John, ha recordado, junto a sus habilidades como teólogo, que “aboga por la necesidad de que la Iglesia sea fuertemente multicultural y capaz de apreciar el papel que la cultura juega en una fe viva y dinámica”. Entre sus obras más destacadas, están On Being Human: U.S. Hispanic and Rahnerian Perspectives (Orbis Books, 2002), por la que recibió varios premios académicos, y From the Heart of Our People: Latino/a Explorations in Catholic Systematic Theology (Orbis Books, 1999).

acantero@vidanueva.es 

En el nº 2.663 de Vida Nueva.

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