Vocaciones en América Latina

vocaciones-america(Alexis Rodríguez Vargas, Pbro.- Secretario Ejecutivo del Departamento de Vocaciones y Ministerios del CELAM) Entre los frutos más significativos de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y Caribeño de Aparecida (Brasil, 2007) está el retomar la conciencia en la importancia de que todos los miembros del pueblo de Dios se reconozcan como discípulos misioneros e ingresen activamente en el proceso de misión permanente de la Iglesia. Para recorrer eficazmente este camino hay que fomentar una pastoral vocacional que discierna y acompañe los pasos de crecimiento de los vocacionados. Este proceso requiere un profundo análisis desde diversas perspectivas.

vocaciones-america-2Este artículo muestra estadísticas tomadas del Annuarium Statisticum Ecclesiae para 26 países del Continente entre 2000 y 2006. Los datos incluyen el total de presbíteros ordenados, los sacerdotes fallecidos y el número de quienes abandonaron el ministerio. Además se presentan los siguientes datos de 2006 y el porcentaje de diferencia con el año 2000: el número de sacerdotes diocesanos, el de sacerdotes religiosos, el de “religiosos laicos” (bajo este nom- bre se incluye a los hermanos religiosos de votos perpetuos, quienes no se ordenan sacerdotes), el de religiosas, el de seminaristas diocesanos y el de seminaristas religiosos.

Para algunas personas, lo cuantitativo es más importante que lo cualitativo. Otros sostienen una visión inversa. Para los primeros, lo importante es la cantidad de jóvenes que ingresan a un seminario o casa de formación. Además,  consideran los descensos en esos números como una señal de “crisis”. Para los segundos, no interesa la cantidad, sino la calidad. Sin embargo, ambos elementos se complementan y son importantes. No se puede obviar que cuando el Documento de Aparecida se refiere a las sombras de la vida eclesial en el Continente (DA 100) abarca tanto aspectos cuantitativos como cualitativos. En relación al primero señala: “Para la Iglesia católica, América Latina y El Caribe son de gran importancia, por su dinamismo eclesial, por su creatividad y porque el 43% de todos sus feligreses vive en ellas; sin embargo, observamos que el crecimiento porcentual de la Iglesia no ha ido a la par con el crecimiento poblacional. En promedio, el aumento del clero, y sobre todo de las religiosas, se aleja cada vez más del crecimiento poblacional en nuestra región. (DA 100 a)”. Hay que señalar que: “Mientras en el período 1974 a 2004, la población latinoamericana creció casi el 80%, los sacerdotes crecieron 44,1%, y las religiosas sólo el 8%. Cf. Annuarium Statisticum Ecclesiae”.

En relación al segundo aspecto, lamenta: “Algunos intentos de volver a un cierto tipo de eclesiología y espiritualidad contrarias a la renovación del Concilio Vaticano II (DA 100b). El escaso acompañamiento dado a los fieles laicos en sus tareas de servicio a la sociedad, particularmente cuando asumen responsabilidades en las diversas estructuras del orden temporal. Percibimos una evangelización con poco ardor y sin nuevos métodos y expresiones, un énfasis en el ritualismo sin el conveniente itinerario formativo, descuidando otras tareas pastorales. De igual forma, nos preocupa una espiritualidad individualista. Verificamos, asimismo, una mentalidad relativista en lo ético y religioso (DA 100c). En la evangelización, en la catequesis y, en general, en la pastoral, persisten también lenguajes poco significativos para la cultura actual, y en particular, para los jóvenes. Muchas veces, los lenguajes utilizados parecieran no tener en cuenta la mutación de los códigos existencialmente relevantes en las sociedades influenciadas por la postmodernidad y marcadas por un amplio pluralismo social y cultural. Los cambios culturales dificultan la transmisión de la Fe por parte de la familia y de la sociedad (DA 100d)”. 

vocaciones-america-3Probablemente, la relación más fuerte entre la cantidad de agentes y la calidad de vida de las comunidades se presenta en este párrafo: “El insuficiente número de sacerdotes y su no equitativa distribución imposibilitan que muchas comunidades puedan participar regularmente en la celebración de la Eucaristía. Recordando que la Eucaristía hace a la Iglesia, nos preocupa la situación de miles de estas comunidades privadas de la Eucaristía dominical por largos períodos de tiempo. A esto se añade la relativa escasez de vocaciones al ministerio y a la vida consagrada. Falta espíritu misionero en miembros del clero, incluso en su formación. Muchos católicos viven y mueren sin asistencia de la Iglesia, a la que pertenecen por el bautismo (DA 100e)”.

Crisis y oportunidad

Es frecuente encontrar en ciertos ambientes alusiones a la crisis de la Iglesia, que también toca a la Pastoral Vocacional (PV). Algunos interpretarán los números como una corroboración de una crisis vocacional. Valga entonces recordar el enfoque de un autor que afirma que el término chino de crisis (weiji) se compone de dos caracteres que significan peligro y oportunidad, ocurriendo al mismo tiempo, y que en el Nuevo Testamento, “crisis” es un momento privilegiado de discernimiento. Desde esta perspectiva cabe enfocar la actual situación vocacional, ante todo desde una óptica de confianza y responsabilidad, confianza en el Señor que seguirá dando pastores según su corazón (cfr. Jr. 3, 15) y responsabilidad en un doble sentido: rogar al dueño de la mies que envíe obreros a su mies (cfr. Mt. 9, 38) y seguir la sabiduría popular del ‘a Dios rogando y con el mazo dando’, o sea, hacer lo que corresponda por implementar una PV acorde a las necesidades de esta época.

La tabla que les ofrecemos más abajo sintetiza las estadísticas de los elementos mencionados. Vale la pena señalar algunas referencias que pueden fomentar el análisis de los datos. Si bien el crecimiento señalado por el DA en el número de presbíteros entre 1974 y 2004 es de un 44,1%, para los 26 países analizados entre 2000 y 2006 es de un 11,81% en sacerdotes diocesanos y un decrecimiento del 0,96% para los sacerdotes religiosos. El número de presbíteros diocesanos aumentó prácticamente en todos los países, con decrecimientos leves en Costa Rica, Guadalupe, y Puerto Rico, y un decrecimiento muy significativo en Paraguay. Los mayores índices de crecimiento los presentan Nicaragua, Guatemala, Haití, Honduras, Brasil y Bolivia. En el caso de los sacerdotes religiosos, el decrecimiento fue generalizado, salvo los crecimientos significativos de Cuba, Bolivia, República Dominicana y, sobre todo, en Paraguay.

vocaciones-america-4Estableciendo una relación entre el número de ordenaciones sacerdotales con el total de muertes y abandonos, se da un porcentaje de casi el 40%, o sea, por cada 10 sacerdotes que se ordenaron, murieron o dejaron el ministerio casi 4. 

Con respecto a los 1.285 sacerdotes que abandonaron el ministerio, vale añadir que tan sólo en Belice, Islas Vírgenes y Martinica no hubo abandonos. Los países con más abandonos fueron Brasil y México. En casi todos los países fue mucho mayor la cantidad de sacerdotes que fallecieron a los que abandonaron el ministerio. Esta tendencia sólo se revirtió en Bolivia.

Brasil, México y Colombia son los países que mayor cantidad de ordenaciones tuvieron. En el caso de México, en 2006 tenía 268 seminaristas diocesanos menos que en 2000.

El tema de seminaristas también ofrece resultados dignos de análisis. El crecimiento porcentual en el número de seminaristas diocesanos en los 26 países es del 4,30%, mientras que el crecimiento en los seminaristas religiosos fue inferior (1,10%). En algunos países (Argentina, Ecuador y México) decrecieron ambos. En otros (Brasil, Honduras, Perú, Puerto Rico y Venezuela), aumentaron los dos. 

En el caso de los seminaristas religiosos, los países con aumentos más significativos fueron: Panamá, Nicaragua, Perú, Venezuela, Chile y Bolivia. Hubo disminuciones en Uruguay, Costa Rica, Cuba, Argentina, México, Paraguay y Ecuador. 

Por su parte, el de seminaristas diocesanos aumentó en Paraguay, República Dominicana, Haití, El Salvador, Guatemala y Honduras. Hubo disminuciones en Panamá, Ecua- dor, Chile, Argentina, Cuba y México.

vocaciones-america-5El número de religiosos laicos creció en Jamaica (198,04%), Costa Rica (163,83%) y República Dominicana (133,33%), pero en total, en todos los países juntos, creció menos del 9% y tuvo decrecimientos significativos en Nicaragua, Puerto Rico y Honduras.

El número total de religiosas pasó de 126.287 en 2000 a 126.760 en 2006, lo que implica un decrecimiento de 0,91%. Los países en que mayor decrecimiento hubo fueron Uruguay y Panamá; por el contrario, el mayor crecimiento se dio en Haití (más del 70%).

No conozco ningún estudio global que justifique estas tendencias. Algunos de los aspectos más importantes que se relacionan con estas tendencias son: la situación socioeconómica del país (parece haber relación entre la crisis social, la pobreza y la inestabilidad sociopolítica con algunas motivaciones vocacionales), la familia y su formación cristina y humana, y, por otro lado, la vitalidad de la Iglesia local: sus planes pastorales, procesos de discernimiento y acompañamiento vocacional, integración en pastoral de conjunto, sus procesos evangelizadores, etc.

Mirando al futuro

Los datos de esta tabla significan muy poco en sí mismos. Lo importante es el uso que los agentes de pastoral hagan de ellos. No basta el análisis cuantitativo. No se pretende aquí ofrecer conclusiones de la situación vocacional de los distintos países; tampoco explicar las tendencias a las que responde su aumento o disminución. La explicación responde a situaciones multicausales que varían de nación en nación. Buscar relaciones simplistas causa-efecto ocultaría la compleja trama social que entretejen las cifras. Por tanto, las interpretaciones válidas serán las que hagan en su contexto concreto los diversos agentes de pastoral.

vocaciones-america-6También conviene recordar al mirar cada dato que éste corresponde a personas únicas e irrepetibles, con alegrías y dolores, discípulos y misioneros que tratan de servir a Cristo en realidades concretas y diferentes. Hijas e hijos de la Iglesia respondiendo a su vocación a la santidad aquí y ahora. Por tanto, cada cifra es más que un número: es el reflejo de una persona concreta con una historia particular. Así, por ejemplo, al destacar que 1.285 sacerdotes dejaron el ministerio entre 2000 y 2006, pueden venir a la mente rostros conocidos, pero ante todo debe entrar en nuestro corazón la pregunta de qué hi- cimos por ellos y cuál es nuestra responsabilidad hoy como Iglesia por ellos y sus familias.

Y tras estudiar esta tabla, aún cabe una pregunta final: ¿qué camino se presenta para la Iglesia en América Latina en el campo vocacional? En primer lugar, es destacable que los obispos responsables de la PV en las Conferencias Episcopales se reunieran en Honduras en 2008 para delinear este camino y decidieran fortalecer el proceso vocacional con el II Congreso Latinoamericano de Pastoral Vocacional, a celebrar en Costa Rica en 2011.

Su preparación se iniciará con una consulta a las Conferencias Episcopales en relación a la presencia de las conclusiones de Itaicí y Aparecida en sus planes nacionales de PV para que el trabajo parta de lo que ya existe y complemente las posibles carencias.

En el primer semestre estará listo el instrumento de trabajo. En el segundo, las Conferencias Episcopales lo trabajarán y enviarán los resultados al CELAM. En 2010 se realizarán congresos nacionales.

El camino de la PV en el Continente estará marcado por este Congreso. Por tanto, la oración y acción de los agentes de pastoral y de todos los miembros de la Iglesia permitirá fortalecer la cultura vocacional para que los procesos que se adopten respondan mejor a las condiciones culturales actuales y se pueda dar el salto cualitativo y cuantitativo que la Iglesia necesita para animar y realizar su Misión.

cuadro-estad-eclesialesp

Para ver el cuadro más grande pinche en él

En el nº 2.658 de Vida Nueva.

Compartir