La diócesis de Jaén inicia un intenso Año Jubilar de la Virgen de la Cabeza
(Texto y fotos: Andrés Borrego Toledano) La corona de la Virgen es siempre su pueblo, que la adorna con las mejores galas, pero es el corazón lo que más cuenta, y es el corazón lo que se ha desbordado estos últimos días en la ciudad de Andújar y en la diócesis de Jaén, con motivo de las fiestas marianas que celebra esta diócesis del sur de España. Pablo lo decía a los tesalonicenses: “Quién sino vosotros sois mi gloria y mi corona”. Este sentimiento se vive a lo largo de estos días en la diócesis de Jaén, que ha comenzado la celebración de un intenso Año Jubilar Mariano recordando el centenario de la coronación canónica de la Virgen de la Cabeza, su patronazgo sobre la diócesis y su recoronación en el año 1960. Dos papas, san Pío X y el beato Juan XXIII, concedieron en 1909 y en 1959 sendos privilegios para el patronazgo local y diocesano. Ahora, Benedicto XVI ha concedido la gracia de este Año Jubilar, como dijo el nuncio Manuel Monteiro de Castro en la ceremonia de apertura de este importante año.
Una nueva corona fue depositada sobre la imagen de la Virgen y del Niño para recordar a la que desapareció durante la Guerra Civil. Es el pueblo sencillo quien suele vivir un dogma antes de que la Iglesia lo proclame como tal. Así ha sido siempre en la historia de la Iglesia. Que la Virgen sea “reina y señora de todo lo creado” es una vieja verdad que el pueblo tiene muy metida en su corazón desde los primeros tiempos de la vida de la Iglesia, como se ha expresado en el arte, en la pintura, en la escultura o en la misma literatura. A mediados del siglo XX, el papa Pío XII declaró de forma solemne que la Virgen “había sido elevada al cielo en cuerpo y alma”, y con el dogma de la Asunción vino a hacer verdad de fe revelada lo que el pueblo sencillo ya veneraba antes como tal. Antes que el dogma se proclamara, la Iglesia lo reconocía mediante coronaciones llamadas canónicas en tanto y en cuanto estaban autorizadas por el papa una vez demostrada la larga tradición y extendida devoción.
Una de las más antiguas
Los actos de este Año Jubilar tienen ocasión con motivo de celebrarse el centenario de una de las primeras coronaciones canónicas de Andalucía, la segunda concretamente, llevada a cabo en Andújar en 1909 con la imagen de la Virgen de la Cabeza, una antigua devoción medieval extendida en una gran parte de España e Iberoamérica y de una romería que, según el historiador y cronista local, Enrique Gómez, es una de las más antiguas de España. La diócesis de Jaén, de la que es patrona desde 1959, ha convocado este Año Jubilar, que se abrió en la tarde del pasado viernes 24 de abril, con una eucaristía presidida por el nuncio del Papa, Monteiro de Castro, y concelebrada por los arzobispos de Granada, Mérida-Badajoz, el emérito castrense y los obispos de Cádiz y Ceuta, Ciudad Real, Almería y el emérito de Huelva. También asistieron religiosos trinitarios responsables del Santuario de la patrona, encabezados por su provincial, Antonio Jiménez, y el rector del Santuario, Domingo Conesa, así como clero diocesano, la Cofradía Matriz, otras cofradías filiales y miles de personas procedentes de toda la diócesis de Jaén y de varios puntos de la geografía andaluza.
Ramón del Hoyo, obispo diocesano, manifestó que “esta celebración quiere ser un tiempo fuerte y privilegiado de presencia del Señor, que ayude a revisar, purificar y potenciar la vida de la Iglesia diocesana de Jaén. Los cristianos hemos de celebrar los años jubilares sabiendo que la razón de la Iglesia es actuar como fermento y alma de la sociedad, que debe renovarse en Cristo y transformarse en familia de Dios. Creemos que la celebración del Año Jubilar al que estamos convocados es una respuesta adecuada para este momento, en el que se nos exige una renovación espiritual profunda”.
Especialmente orgulloso del ritmo con el que se están celebrando estos acontecimientos está Domingo Conesa, quien destaca el fervor que ha acompañado la estancia, durante dos semanas, de la imagen de la Virgen en Andújar, visitando parroquias, conventos e instituciones. Ha supuesto un importante revulsivo pastoral que estuvo precedido por una misión popular llevada a cabo por los padres paúles en colaboración con el arciprestazgo de la ciudad, cuyo arcipreste, Carmelo Zamora, ha destacado la gran participación de “un pueblo que ha demostrado sobradamente que es capaz de dejarlo todo cuando se trata de la Virgen”. También el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía y fuerzas de seguridad han puesto todo de su parte para que este acontecimiento singular se pueda celebrar.
El P. Conesa, que lleva diez años como rector, reconoce que es un “un hecho singular, pues viene a corroborar la importancia que tiene la devoción de la Virgen en nuestra tierra. Son casi tres millones de personas las que cada año pasan por el Santuario y cada vez son más las zonas geográficas de donde proceden, con casi un centenar de cofradías de toda España”. “Cada domingo el Santuario se ha convertido en un espacio para la oración, el encuentro y la conversión”, comenta este religioso trinitario especialmente ligado a esta casa desde pequeño. Esta congregación, aunque tiene implicaciones históricas desde el inicio, es en 1930 cuando se instaló en este templo, que tiene su raíz en la baja Edad Media para albergar la imagen de la Virgen, que, según la tradición, se apareció a un pastor, en pleno período de conquista en la noche del 11 de agosto de 1227.
Conesa, que será el anfitrión del próximo encuentro que organiza la Comisión Episcopal de Turismo, Santuarios y Peregrinaciones, destaca que este santuario es el tercero en asistencia de toda España y valora mucho las recientes iniciativas acometidas, así como el Año Jubilar, que servirá, entre otras cosas, para que se logren muchas gracias y la deseada declaración como basílica.
Colecta solidaria
En estos días, la diócesis de Jaén se vuelca con la fiesta. Un sacerdote joven, Fernando Bravo, asistía a la ceremonia y confiaba en que “este Año no sólo sirva para rezar a la Virgen, sino también para ser solidarios y mostrar nuestra fraternidad con los más pobres”. Tanto la colecta de este día como otros donativos del año irán destinados a las misiones trinitarias de Madagascar y a la creación de un centro social en una zona marginal de la ciudad iliturgitana. Son estos gestos, junto a los que surgirán a lo largo del año, muestra de que no se quiere que el Año Jubilar sea sólo celebrativo. En este sentido, la cofradía responsable de la devoción a la Morenita, la Cofradía Matriz, también estudia proyectos en este sentido. “El Año Jubilar se desarrolla hasta finales de abril de 2010 y tenemos tiempo de ir viendo qué acciones llevaremos a cabo. No queremos agotar todo en estos días, por muy intensos que hayan sido”, dijo el presidente de la Cofradía, José María González. En los mismos términos se expresó Casimiro Ávila, hermano mayor este año.
Cada vez son más los actos diocesanos que tienen lugar en el Cabezo, emplazamiento de un santuario que data del siglo XIII y que en breve será declarado basílica. Para ello han hecho falta muchos esfuerzos, como los realizados tanto por el anterior obispo, Santiago García Aracil, como el actual Ramón del Hoyo, quienes, junto a la comunidad trinitaria, han logrado dignificar las celebraciones litúrgicas de este importante espacio de devoción mariana en Andalucía. El interés mostrado por estos dos prelados por hacer de éste un lugar de peregrinación diocesana, no sólo el último domingo de abril, sino también a lo largo de todo el año, ha sido puesto de manifiesto en diferentes detalles que hace de este lugar un símbolo mariano de toda Andalucía.
En el nº 2.658 de Vida Nueva.
