Con ayuda es posible salir de la esclavitud de la prostitución

Cáritas mantiene más de 20 proyectos de atención integral a estas mujeres

(Victoria Lara– Fotos: Centro Vagalume y Programa Betania) “Es posible dejar la prostitución y salir adelante”. Lo dice alguien que ha visto cómo mujeres que trabajaban en la calle o en clubes de carretera conseguían regularizar su situación -en el caso de las extranjeras-, vencer sus miedos e inseguridades y conseguir un empleo. Cleofé Rodríguez pertenece a la Orden de las Oblatas del Santísimo Redentor en Santiago de Compostela y forma parte de uno de los más de veinte proyectos que desarrollan las Cáritas Diocesanas en España para atender a mujeres que ejercen la prostitución, muchas de ellas víctimas de la trata de personas.

En la mayoría de estos programas -algunos con una trayectoria de más de 20 años-, la organización hace su labor conjuntamente con grupos de religiosos y religiosas, como las Oblatas, las Adoratrices, la Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl o las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, entre otras. Este ámbito de actuación de Cáritas quizá no sea tan conocido como el de la asistencia a inmigrantes y a personas con pocos recursos económicos, pero lo cierto es que ya existen unos 25 programas en funcionamiento, y la mayoría de ellos con buenos resultados.

El objetivo de este trabajo es que estas mujeres, sean jóvenes que ejercen la prostitución o paradas de larga duración con pocos recursos, tengan una cierta autonomía a la hora de poder organizar su vida, y eso, si puede venir a través de un trabajo, pues sería estupendo. Pero no siempre es fácil, porque la mayoría no tienen papeles”, asegura Mª Ángeles González Barbero, técnica de Programas de Infancia y Mujer de Cáritas Española y coordinadora de un cuaderno de formación que se acaba de editar con el título La trata de personas con fines de explotación sexual, que recoge los objetivos y logros alcanzados en ocho proyectos de Cáritas repartidos por toda la geografía nacional: Alcalá de Henares, Burgos, Granada, Lugo, Huelva, Santander, Santiago de Compostela y Zaragoza. Estas iniciativas se concretan en una serie de acciones que van desde proyectos de calle hasta pisos de apoyo y acogida, pasando por centros ocupacionales o experiencias de atención integral.

Los equipos de Cáritas que atienden a estas mujeres se encuentran con muy diferentes situaciones y problemas, aunque uno de los más frecuentes es, como decía Mª Ángeles González, que carecen de documentación, al ser muchas de ellas de origen extranjero. A esto hay que añadir, en algunos casos, los daños físicos, como consecuencia de malos tratos, enfermedades de transmisión sexual, etc.; daños psicológicos, como depresiones, baja autoestima, llegando en algunos casos a desarrollar trastornos de la personalidad; así como daños psicosociales, que se manifiestan en falta de seguridad, aislamiento social y un bajo grado de autodeterminación. Cleo Rodríguez, del Centro Vagalume de Santiago de Compostela, señala otro problema muy habitual: las deudas. “Si les han prestado dinero para venir a España, tienen que devolverlo, o tienen que mandar dinero a la gente que han dejado en sus países”, asegura, y añade: “También se hacen matrimonios de conveniencia, pero entonces tienen que pagar además por esos matrimonios, con lo que hasta que pagan esas deudas, siguen en la prostitución”.

Para dar respuesta a todas esas cicunstancias, los equipos diocesanos cuentan con distintos recursos. En el Centro Vagalume, por ejemplo, tienen un área de desarrollo personal en la que ayudan a las usuarias a recuperar su autoestima y les imparten talleres de español (para las extranjeras), de salud y de sexualidad. También disponen de un área formativa, donde se orienta laboralmente a las que se deciden a dejar la prostitución, y de un área social y jurídica. Asimismo, cuentan con un piso de acogida y un centro de atención psicopedagógica, en el que se atiende a los hijos de estas mujeres. “Antes les ayudábamos en las tareas del colegio, pero la psicóloga ahora está tratando de hacer otras cosas con los niños, como terapia del juego”, afirma Cleo, quien cuenta que, en la mayoría de los casos, existen verdaderos conflictos entre madres e hijos: “Después de haber vivido experiencias malas, aunque demuestren querer mucho a sus hijos, no saben cómo educarlos”.

Labor de calle

Aunque la mayor parte de las Cáritas que trabajan con prostitutas cuentan con sus propios centros de acogida, el trabajo de calle también es muy importante, pues si no se acude a ellas, muchas de estas mujeres desconocen que existen unos servicios a los que pueden acceder. Una de las razones es que “manifiestan tener dificultades para salir de ese contexto y acudir a los recursos socio-sanitarios aunque comprendan que lo necesitan”, tal y como explica Mª José Díaz Carrillo, del proyecto ‘Caminando Juntas’, de Granada. Este programa centra una parte de su trabajo en estas salidas a los lugares donde se ejerce la prostitución, llegando a visitar en el año 2008 a 73 mujeres.

También es fundamental concienciar a la sociedad de la realidad de estas mujeres. Esto es lo que hacen desde Cáritas Diocesana de Burgos, junto con las Hermanas Adoratrices. En la actualidad cuentan con una línea de trabajo, ‘Humanizarse para humanizar’, en la que se realizan acciones de sensibilización de la población, pero también se imparten charlas a determinados grupos de profesionales, como médicos, trabajadores sociales y educadores, para que sean especialmente sensibles con estas mujeres a la hora de atenderlas. Asimismo, se organizan, junto con los equipos de los distintos centros de salud, cursos de Educación para la Salud Sexual. Por otra parte, según Ana Almarza, del Programa Betania de Burgos, a través del proyecto ‘ZOE’, se busca implicar a personas que han estado o están en contextos de prostitución “para que se solidaricen con las mujeres que se encuentran en esa situación en la actualidad y colaboren con el programa”.

Todo este esfuerzo empieza a dar sus frutos, sobre todo en aquellos proyectos que cuentan con una trayectoria más larga, como es el caso del de Burgos. Sin embargo, puntualizan: “Betania no busca ‘sacar a las mujeres de la prostitución’ con una varita mágica, sino que promueve, oferta y acompaña el proceso de cambio de las mujeres, tanto en aquellas que deciden seguir en la prostitución como en aquellas que deciden abandonarla”. Eso sí, cuando alguna de ellas toma la determinación de dejar ese ambiente, “Betania vuelca todos sus esfuerzos en favorecerle el equilibrio personal y facilitarle la inserción sociolaboral”. Lo que sí aprecian visiblemente en casi todas las mujeres con las que intervienen en el centro es “una mejora de su calidad de vida y dignidad a través de la ruptura de su aislamiento y posibilitando una mejora de su salud”.

En el programa de Santiago de Compostela también han comprobado los resultados del trabajo realizado. “Yo llevo aquí cuatro años, y la verdad es que muchas consiguen trabajar en otras cosas, como el servicio doméstico. Otras, si consiguen papeles, pueden dedicarse al sector de la hostelería”, añade Cleo Rodríguez, quien asegura que cuando logran salir de la prostitución, la mayoría trata de olvidar todo lo relacionado con su pasado, incluso a aquéllos que les prometieron una vida mejor, que en su mayoría no son grandes redes, sino personas de su entorno más cercano. “Aunque les digamos que es un fraude que les cobren ese dinero, ellas no lo van a denunciar. Muy pocas lo hacen, porque en muchos casos no se consigue nada, pasan muchos años hasta que la justicia puede hacer algo. Prefieren olvidarse de lo que han vivido”, apunta la religiosa.

“Quiero que me devuelvan mi vida”

Los testimonios de varias mujeres víctimas de la trata de personas en nuestro país son los protagonistas de un spot de televisión que presentó el pasado 12 de febrero la Red contra la Trata de Personas, a la que también pertenece Cáritas. Asociaciones, organizaciones no gubernamentales, y otras entidades, como CONFER, Médicos del Mundo, Acnur y Save the Children, entre otras, son miembros también de esta Red, cuyos objetivos fundamentales son promover mejoras en las estructuras políticas, económicas, sociales y legales, así como la ratificación de los compromisos internacionales necesarios para garantizar la prevención de la trata de seres humanos, la sanción de delincuentes y la protección y reparación de las víctimas. En un acto celebrado en la sede de Cruz Roja en Madrid, se presentó una guía que se ha editado para la identificación, derivación y protección de las personas víctimas de trata con fines de explotación, así como la página web de la organización, www.redcontralatrata.org, y un spot televisivo en el que la actriz Mabel Lozano pone imagen a las voces de las víctimas.

En el nº 2.649 de Vida Nueva.

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