Lo mejor de Salzillo, reunido en una exposición

(J. C. Rodríguez) Un año después de la magna exposición murciana de su bicentenario, Salzillo regresa, esta vez a la Iglesia del Convento del Carmen de Orihuela, que acoge hasta el próximo día 18 de mayo la exposición Salzillo: un Escultor entre dos Reinos, muestra que reúne todas las obras del artista afincadas en la ciudad alicantina (13) y las confronta con otros artistas que dejaron huella en el maestro murciano, como Nicolás de Bussy y Antonio Dupar, o que le dieron continuidad, como su discípulo Roque López. Un total de 27 piezas, que recrean el esplendor del siglo XVIII oriolano, y que nunca antes habían sido expuestas conjuntamente.

La exposición se divide en tres espacios cronológicos, desde los comienzos de la obra de Salzillo, hasta la plenitud. Entre las piezas a destacar, entre otras, la de San Francisco de Borja, de Nicolás de Bussy, cedida por el Museo de Bellas Artes de Murcia, o La Virgen del Carmen, atribuida a Roque López, discípulo de Salzillo, y que nunca antes había sido expuesta.

Piezas inéditas procedentes del Palacio de la Seda como La Magdalena Penitente y San Isidro Labrador, así como documentos, caso de la reproducción del contrato por el que se encarga a Salzillo la obra de la Sagrada Familia de la Iglesia de Santiago el Mayor de Orihuela, gran protagonista de la muestra junto a otras imágenes, como la de Nuestro Padre Jesús de la Caída, el grupo procesional del Lavatorio, el Cristo de la Agonía, el Ecce Homo, san Francisco, el Cristo yacente del Convento de San Juan o la imagen de Nuestra Señora del Carmen. “Es una gran muestra del magnífico legado de la imaginería de Orihuela”, según la alcaldesa de Orihuela, Mónica Lorente.

El obispo de Orihuela-Alicante, Rafael Palmero, inauguró la exposición “de uno de los más grandes artistas de la escultura religiosa española del siglo XVIII”, según la edil alicantina, quien anunció que estos tesoros de la imaginería oriolana y murciana podrían proseguir su itinerario por otros puntos de España e, incluso, del extranjero. Un ejemplo más de cómo el patrimonio religioso puede convertirse en reclamo turístico. “Fuera de Murcia no hay otro conjunto artístico de la imaginería barroca –dice la alcaldesa– como el que acoge el convento del Carmen y posee Orihuela”.

 

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