Pedro Ruiz: “El que tiene fe atraviesa el desierto de la vida con una cantimplora”

El presentador y actor Pedro Ruiz

El multifacético Pedro Ruiz vuelve a los escenarios tras dos años de silencio con el espectáculo ‘Loc@s. Reír nos cura’, un tributo a genios como Fernando Fernán Gómez, Luis Escobar, Sara Montiel o José Luis López Vázquez en el que se transformará en más de 20 personajes. Será en el Teatro Infanta Isabel, en Madrid del 3 al 18 de octubre, cuando el artista regrese a los escenarios para hacer un relato profundo de nuestras disparatadas vidas. Su obra se compatibilizará con ‘La fiesta del Chivo’, dirigida por Saura.



PREGUNTA.- ¿Reír nos cura?

RESPUESTA.- Sin duda, pero no me puedo autoelogiar con tanta facilidad (risas). Lo voy a intentar. He cambiado mucho. He dejado las polémicas fuera. Me he quitado del menú de mi vida el rencor –aunque nunca he tenido mucho– y la política. El resultado es un espectáculo más divertido, cercano, amable y, sobre todo, es una apuesta de actor.

P.- Es un retablo de personajes (hasta 20), la mayoría inventados y otros en tributo. ¿Admiración o vehículo?

R.- Ambas cosas. Me gusta recordar a la gente que me ha enseñado cosas y quiero tenerlos presentes. (…)

P.- ¿Es un hombre espiritual?

R.- Sí. Creo que sí, hasta el punto de que, a veces, soy tan dueño de mí que me aprisiono. Nunca he sabido hacer nada de un modo desenfrenado. Sí divertirme, pero no perder el control con drogas, alcohol, etc. Uno se puede divertir lúcidamente. Y tengo dos máximas en mi vida: talento y bondad. Si no sabes reírte de ti mismo, tu sombra acaba riéndose de ti. Estamos en una canica espacial y solo somos unos chinches. La humanidad tiene inflamación de ombligo.

P.- ¿Le intuye sentido del humor al papa Francisco?

R.- Sin duda, creo que tiene mucho sentido del humor. Soy amigo de Jordi Évole y me ha contado cosas del encuentro que tuvieron, y lo corrobora. Además, es un buen gestor del asunto de la fe, que yo no tengo del todo, aunque intento –para mi descargo– ser buena gente. El que tiene fe atraviesa el desierto de la vida con una cantimplora. Francisco me parece un tipo cercano y posibilista. Un hombre con el que sería divertido charlar, que no es poco decir. Recuerdo una respuesta que le dio a un corresponsal que me dejó roto: “La diferencia entre el protocolo y el terrorismo es que con el terrorismo se puede negociar, con el protocolo, no”. Increíble.

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