Fernando Vidal
Director de la Cátedra Amoris Laetitia

Luminarias: el nuevo interiorismo espiritual (1)


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Las décadas de revolución comunicacional que hemos experimentado han venido acompañadas de una marea sociocultural de hiperactividad y distracción que han llevado a un retorno a la interioridad y nostalgia de la intimidad perdida. Ha crecido la reflexión y propuestas alrededor de la meditación y vida contemplativa, tanto en el ámbito doméstico como en espacios públicos y estancias en centros, escuelas, universidades, templos o incluso empresas y otras corporaciones. Se trata de un nuevo ascetismo que busca ser cotidiano, con un mayor diálogo con la naturaleza y más plural y abierto a las tradiciones religiosas.



Algunas iglesias se plantean responder a esta nueva necesidad desde la tradición cristiana y buscan nuevas arquitecturas o renovar los espacios disponibles desde el nuevo ‘interiorismo espiritual’. Es interesante estudiar el fenómeno en los modelos que han ido tomando forma, a la vez que también buscamos inspirar a quienes quieren rediseñar templos, capillas, ermitas o iglesias.

Podríamos llamar interiorismo espiritual a la nueva búsqueda de espacios para vivir experiencias o estados contemplativos, meditativos y religiosos. El interiorismo se refiere al diseño de espacios dentro de una construcción, pero tiene una obvia resonancia con el cuidado y vivencia de la interioridad tanto de las personas como de las familias, grupos, organizaciones o una sociedad. Interiorismo –una disciplina bien establecida del diseño arquitectónico– se asocia en este uso lugares donde hay un doble interiorismo: diseño de interiores arquitectónicos y cultivo de la interioridad mediante actividades netamente espirituales como la plegaria, la meditación, la contemplación y otros hábitos de profundización existencial, consciencia vital, examen de conciencia, conversación espiritual y acompañamiento, relación con Dios, sacramentos de unión con Él o buscar la cercanía a lo sagrado. Es tal la diversidad que se va expandiendo en la cultura y en los corazones de la gente, que el interiorismo espiritual se hace un lugar capaz de suscitar y acoger las diversas búsquedas.

Abusando del término, podríamos apuntar que el interiorismo espiritual puede incluso diseñar espacios públicos o preparar parajes naturales para esa vida contemplativa, convirtiendo esos exteriores en modos de vivir la interioridad del mundo: hacer de un exterior un lugar para la intimidad espiritual.

Los cilindros de Sanborn

Un ejemplo de esto último lo ofrece la firma británica de arquitectos MacGregor Smith, con base en Bath, dirigida por el arquitecto paisajístico Justin Thomson y el ingeniero de diseño Rupert Grierson. Ambos son miembros del Instituto del Paisaje, centro británico de educación superior y promoción cultural que promueve el arte y diseño paisajístico.

La firma de Arquitectura Paisajística McGregor Smith se caracteriza por la renaturalización de espacios, propiciar conversaciones y proponer contemplaciones. Se puede comprobar en su propuesta de transformación en un vecindario de la preciosa villa de Lewes, al Sur de Inglaterra, en un emplazamiento ribereño en el que había habido industria metalúrgica. En su rediseño han ideado una grandes y largas escaleras que miran al río Ouse para favorecer la contemplación y el diálogo entre los vecinos y visitantes.

Uno de los proyectos de MacGregor Smith hizo uso de un recurso muy eficaz por su sencillez, inspiración y capacidad para transformar grandes espacios. Se trata de un gran cilindro cuyo cuerpo está forjado con palabras que una iluminación interior proyecta a todo el entorno. Originalmente forma parte del rediseño del espacio público del Southgate de Bath, pero puede ser usado para una fácil y evocadora transformación de otros espacios. En esta instalación es clave la potencia lumínica, capaz de proyectar los patrones de palabras hasta las máximas alturas y en un contorno amplio.

La experiencia que ofrece el cilindro de Bath es una meditación alrededor de la palabra, que se encuentran proyectadas en tamaño creciente por todo el entorno y quienes están en él. Las palabras de luz bañan a la gente, uno se encuentra dentro de las palabras, las habita. No solamente las palabras visten al sujeto, sino que este entra en ellas y tiene una vivencia de doble intimidad: las palabras envuelven su ser y a la vez uno se adentra en las entrañas de las palabras.

El primer artista que creó cilindros proyectivos de luz fue el estadounidense Jim Sanborn (Washington DC, 1945) un hombre que ama la palabra, ya que sus padres trabajaron en la Biblioteca del Congreso —su madre era investigadora fotográfica y su padre comisario de exposiciones—. Los cilindros de Sanborn evocan los usados en la Antigüedad para grabar mensajes y también los rollos de papiros, pieles o papel. En 1990 instaló la escultura ‘Kryptos’ en un patio de las Oficinas Centrales que la CIA tiene en Langley, Virginia. El nombre quería recoger el significado griego de la expresión: escondido. Está realizada en bronce, tiene forma de letra S y mide cuatro metros de altura. Contiene 865 caracteres en los que el escultor ocultó cuatro mensajes cifrados.

Además, alrededor de la escultura también dispuso mensajes encriptados en morse para que el visitante busque y descifre. La obra de Sanborn se ha hecho célebre en el entorno ya que tan solamente tres de los cuatro mensajes han sido descifrados y eso desafía a la gente a dedicar tiempo a la búsqueda. En 1992, el escultor dio un paso más y creó una ligera figura cilíndrica de cobre en la que perforó diminutos códigos de enigmáticos documentos clasificados (Clandestine Device 1). Formaba parte de la colección ‘Kryptos’, en la que fue investigando distintas formas alrededor de la misma idea.

A mediados de la década de 1990, Sanborn comenzó a trabajar con proyecciones de luz a gran escala que gracias a potentes generadores de luz le permitieron proyectar figuras sobre los contorsionados paisajes de los desiertos de Utah, Arizona y Nuevo México. En 2001 unió aquellos cilindros con sus técnicas de proyección y creó su obra ‘Lux’, una luminaria cilíndrica capaz de proyectar sus palabras a toda la gran fachada clásica de la Casa de Correos de Myers, en Florida, y sus inmediaciones. Posteriormente replicó el mismo efecto en otros lugares como la Biblioteca de la Universidad de Houston en 2004 o La Universidad Estatal de Lousianna, en Baton Rouge, año 2008.

Inspiración islámica

Otra modalidad de este recurso fue creada por la artista Anila Quayyum Agha que diseñó en 2013 una obra titulada ‘Intersecciones’. Se trata de un cubo de fina madera en que han perforado patrones geométricos y vegetales de inspiración islámica que son proyectados en cualquier gran estancia gracias a su iluminación interna.

La artista paquistaní-estadounidense Anila Quayyum Agha (Lahore, Pakistán, 1965) inició su carrera artística con esta instalación, en la que quería trasladar la experiencia espiritual de asombro, pureza y armonía, pero a la vez reivindicar la inclusión de las mujeres en la esfera religiosa del Islam. Los paneles de madera del cubo han sido perforados con láser y ha buscado expresamente recoger las formas de las yeserías, carpinterías y alicatados de La Alhambra. La instalación tuvo mucho éxito y realizó versiones posteriores de esta obra cuyos títulos –’Todas las flores son para mí’ (2015), ‘Luz sublime’ (2015), ‘Cruzando lindes’ (2015), ‘Diamante escondido’ (2016), ‘Espejismo reluciente’ (2016) o ‘Un bello desespero’— ponen de manifiesto la intención ascética de la artista.

El ingenio se sostiene aéreo gracias a las sujeciones superiores de las que cuelga. En este caso no solamente proporciona la intimidad de luz con los dibujos que proyecta, sino que el cubo por sí mismo es una presencia misteriosa, evoca la Kaaba, pero también un arca o lugar de encuentro, una nube que vela su interior, una presencia que aparece y se esconde a la vez. Suscita paz, compañía y elevación.

Anila ha creado otras formas con la misma lógica. En 2016 perforó pirámides de tamaño medio que colgó del techo de una estancia y la iluminó íntegramente, creando un efecto muy hermoso y envolvente. El título de la obra homenajea a su principal fuente de inspiración: ‘Noches de La Alhambra’ (2016).

De nuevo la artista paquistaní ofrece un espacio de tranquilidad e interiorización, comunicar una visión de perfección que consuele el alma y lleve la mirada a reconocer en nuestro entorno fuentes de paz e iluminación espiritual que suelen pasar desapercibidas por la agitación que padecemos. Otra variación interesante consiste en pirámide única de mayor tamaño que reviste toda la estancia y nos revela que en realidad estamos viendo lámparas capaces no solo de dar luz, sino un mensaje. Esta pirámide de atauriques perforados extiende un gran dibujo de luz, convierte la sala en un gran jardín de formas vegetales que la luz transfigura desde dentro mostrando su interior de amor y don. A la vez, tiene la capacidad de crear un ambiente de intimidad y recogimiento, que termina de dar nombre a esta obra de 2023: Mi jardín secreto.

En el contexto de la oleada de refugiados sirios de 2018, Anila ideó otra variación de sus ‘Intersecciones’, titulada ‘Esto no es un refugio’. Se trata de una forma geométrica con forma de casa en la que de nuevo ha perforado en sus paredes y techo formas, en este caso grandes motivos florales, y que también se proyectan por toda la estancia gracias a una iluminación interior. La diferencia es que esta casa puede ser habitada. Quien contempla puede meditar desde el exterior viendo la casa y la estancia transfigurada, o ser acogido en el hogar, esa Tienda del Encuentro, y quienes miran desde fuera ven también su figura proyectada.

Experiencias lumínicas inmersivas

Estas luminarias son el antecedente de un formato de espectáculo que se ha difundido por el mundo bajo el nombre de experiencias inmersivas, consistentes en la proyección de obras artísticas en gran tamaño, junto con otros objetos que permiten una aproximación a un imaginario a gran escala. Quizás la primera Experiencia Inmersiva –de hecho registró esa categoría– fue la que muestra la obra de Van Gogh que lleva en gira por múltiples ciudades desde 2000, con más de un millón de visitantes al año. Sin entrar en las realidades inmersivas realizadas con gafas y medios virtuales al modo del Metaverso, las Experiencias Inmersivas son exposiciones en las que el espectador percibe sin necesidad de aparatos, sino creando estancias con luz y otros recursos ornamentales en los que el visitante se siente envuelto y dentro de las obras que lo rodean esféricamente en sus 360 grados en cualquier dirección.

Los avances tecnológicos que hacen posible esta maravilla, capaz de adaptarse a cualquier espacio y transfigurarlo completamente de un modo asombroso, no necesariamente hacen uso de pantallas, sino que convierten cualquier gran pared en un enorme lienzo para las imágenes y lo hacen sin límite de extensión.

Una aplicación cercana a la Experiencia Inmersiva en un templo sagrado ha sido realizada en la Iglesia Suiza que fue construida en el siglo XVIII en Londres y donde se ofrece vivir el Génesis. Se trata de una peregrinación de 30 minutos por los tres primeros días de la Creación gracias a una sofisticada recreación de luz y sonido. Aunque la proyección no ocupa los 360 grados, sino el cañón y paredes hasta media altura, los espectadores pueden tener una vivencia fascinante que les permite adentrarse en una impresionante contemplación.

Videomapeos

Estas experiencias inmersivas ayudan a vivir un espectáculo, pero en menor medida ayudan a alcanzar un estado de meditación activo. El diálogo con la proyección es menor debido al desbordamiento de las imágenes. Instalaciones más modestas, pero también encantadoras, son las que proyectan luz sobre las fachadas de catedrales, entre las que destaca Chartres.

Históricamente debemos recordar el pionero espectáculo de Luz y Sonido sobre la vida de San Francisco Javier, proyectado sobre toda la superficie de su castillo en Javier. Inaugurado el 8 de agosto de 1963, reunió a creadores de gran talento dirigidos por Luca de Tena: música de Halfter, sonido de Pierre Arnaud, texto de Rocondo, voz de Pemán y la impactante iluminación de Benito Delgado —realizada con 198 reflectores—, ensalzada por 40 grandes altavoces repartidos por toda la explanada del castillo. Las pinturas de luz sobre las fachadas de las iglesias está ya difundida gracias tecnologías que combinan recursos lumínicos como el video-mapeo (video mapping).

El video-mapeo se realiza también en interiores de iglesias y son especialmente interesantes cuando logran recrear el estado anterior de la iglesia o explicar distintos elementos –como la que en la Catedral de Ciudad Rodrigo explica su tímpano principal–. Destaca el que hay instalado en Sant Climent de Taüll, de carácter educacional. Estos avances permiten crear entornos inmersivos que estén destinados a crear experiencias ascéticas de meditación, contemplación, examen de conciencia y oración.

Quizás el más impresionante vieomapeo sea la experiencia ‘Exstasis’ que la Agencia Odd realizó para los interiores de la Iglesia renacentista de Santa Catalina de Alejandría, en Palermo. Como se puede apreciar en el video oficial es un despliegue insuperable que invita a elevarse a la Gloria de Santa Catalina que reina los frescos de este templo de los dominicos. La Odd Agency combina humanismo, la elegancia artística y la más avanzada tecnología generativa para transfigurar con luz y sonido espacios arquitectónicos de máximo valor, como hizo en el caso de Santa Caterina d’Alessandria y que acercó a la iglesia a 45.000 participantes. Según explica Odd en su web oficial,

“el objetivo de ‘Exstasis’ es sumergir a los espectadores en un entorno completamente virtual, rodeándolos de estímulos visuales, música , efectos de luz, transportándolos fuera del espacio que los rodea y rompiendo, durante la duración de la actuación, la rutina existencial que los ata a un ‘aquí y ahora’… Exstasis recorre los cinco momentos del camino extático trazado por Evelyn Underhill, una mística católica del siglo XX: despertar, purificación o ascetismo, iluminación, noche oscura del alma, unión. Una experiencia inmersiva y evocadora, en la que la tecnología no sirve para aislarnos y hacernos esclavos de la contingencia, sino que nos une unos a otros, poniéndonos en contacto con el misterio y el asombro”.

Odd trabaja con un equipo interdisciplinar que combina historiadores, escritores, humanistas digitales, músicos, informáticos, diseñadores, arquitectos, etc. con los que crean los que son muy probablemente las más espectaculares y profundas experiencias lumínicas del mundo en una iglesia. Así lo ha reconocido el Centro Europeo de Video Mapping, que anualmente concede premios a los mejores montajes.

Era necesario referirnos a los montajes de video mapping que pueden proporcionar una intensa experiencia contemplativa y religiosa, pero nuestra intención es apuntar a diseños en los que la persona o los grupos puedan meditar y orar con calma y el tiempo que deseen, sin una programación conductiva que les lleve como en el cine.

Las palabras de Holzer

Una aplicación que nos devuelva a experiencias inmersivas de luz más serenas y suficientemente contemplativas fue obra de Jenny Holzer, quien en 2006 realizó la instalación ‘Proyecciones’ en Viena. Su carrera artística se emprendió a finales de la década de 1970 y el centro de su obra es la palabra. Jenny Holzer (Gallipolis, Ohio, 1950) es conocida como’ la Mujer del Millón de Palabras’ y puede ser encuadrada dentro el arte conceptual.

Una de las obras que creó se basa en proyecciones lumínicas de grandes frases por todas las superficies de una estancia, lo cual permite una relación más pausada e íntima con la palabra. Sus textos proyectados son acentuados con música e incluso voces que los leen. Suelen ser mensajes cortos y aforismos como los que realizó en la serie Truisms (Obviedades) en 1977 y que invitaban a la reflexión desde todo tipo de soportes por la ciudad de Nueva York. En Proyecciones pasó a crear una experiencia submarina en la palabra.

Existen otros variados modelos de creación lumínica de interiorismo espiritual. Existen espectáculos de gran valor artístico y contemplativo, pero en el diseño del interiorismo espiritual se buscan instalaciones permanentes que permitan serenidad y que la experiencia haga posible una contemplación extática, la meditación, la activación de la persona, el diálogo religioso y que no solamente sea conducida por un espectáculo preprogramado.

Las lámparas estáticas o de movimientos suaves permiten ese interiorismo espiritual, son móviles —lo cual hace polivalentes los espacios para otras celebraciones— y relativamente sencillas. Otras formas de proyección hacen posible un repertorio variado de contenidos, como es el caso de las obras de Jenny Holzer, fácilmente programable para diferentes circunstancias. Tanto el modelo de las luminarias de palabras como las proyecciones de palabras son un modo asequible, sugerente y dialogante de transformar espacios espirituales.

 


*Créditos:  las imágenes del cilindro de Bath pertenecen a la web oficial de Arquitectura Paisajística McGregor Smith. Las imágenes de Jim Sanborn pertenecen a Wikipedia y la web oficial de Sanborn. Las imágenes de las obras de Anila Quayyum Agha pertenecen a su web oficial. La imagen de la Experiencia Inmersiva Van Gogh pertenece a su web oficial. La imagen de la Iglesia Suiza de Londres pertenece a la web oficial de Eonarium Experiences. La imagen de la obra Jenny Holzer pertenece a su web oficial. Ninguna imagen es usada con ánimo de lucro, sino con fines culturales y educativos, con el beneficio de la difusión de la obra del autor.