Tiempo de Navidad

(Chema Caballero– Misionero javeriano en Sierra Leona)

“Es tiempo de fiesta. Hay abundancia de comida y se cocina y todos comen hasta que quedan satisfechos. Atrás quedan los meses de hambre, de economías y penurias. Las aldeas empiezan a organizar la fiesta de final de la cosecha”

Es tiempo de cosecha. Las familias están cortando el arroz que les servirá para alimentarse durante todo el año. La gente pasa el día entero en los campos trabajando y luego los jóvenes se quedan a dormir allí para vigilar la cosecha. Las aldeas están casi vacías, sólo quedan ancianos y los más pequeños, los que ni siquiera sirven para espantar los pájaros que quieren comerse el arroz.

Es tiempo de fiesta. Hay abundancia de comida y se cocina y todos comen hasta que quedan satisfechos. Atrás quedan los meses de hambre, de economías y penurias. Las aldeas empiezan a organizar la fiesta de final de la cosecha. Se anuncian competiciones de fútbol, bailes, sacrificios a los antepasados. Todos los años el mismo programa.

Es tiempo de reencuentro. Los emigrantes se preparan para regresar a sus aldeas para visitar a sus familias. Llegarán cargados de regalos, quincalla de fabricación china con la que piensan deslumbrar a los parientes pobres de la aldea. Ellos no saben que la globalización también ha llegado a esta parte del planeta y las mismas baratijas pueden adquirirse en el mercado de los viernes.

Es tiempo de celebración. Ya empiezan a oírse los tambores del Gbangbani o del Bundu, la sociedad secreta de los hombres o de las mujeres, acercándose a las aldeas y bendiciendo los bosques sagrados como preparación para la iniciación de los jóvenes o para la mutilación genital de las niñas. Poco impacto tienen las campañas que quieren erradicar esta práctica en esta zona tan remota del país.

Es tiempo de alegría, de optimismo, de creer que las cosas van a cambiar a mejor.

Todos estos signos anuncian la llegada de la Navidad, y no las luces de colores y las compras.

En el nº 2.641 de Vida Nueva.

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