Obispos latinoamericanos celebran 70 años y agradecen a León XIV por su cercanía

Los prelados reiteraron su compromiso con la recepción del Sínodo y su comunión plena con el Papa

Obispos latinoamericanos celebran 70 años y agradecen a León XIV por su cercanía

Ha culminado la 40.ª Asamblea general ordinaria del Consejo Episcopal Latinoamericano y Caribeño (Celam) “con el corazón colmado de alegría”, celebrada en Río de Janeiro, donde 70 años antes fundaban este organismo.



Fueron intensos días de trabajo para los obispos, del 26 al 30 de mayo, abanderados por el cardenal Jaime Spengler, presidente del Celam, con dos horizontes claros: comunión plena con León XIV y seguir el camino de recepción del Sínodo.

Por eso, han remitido una carta respondiendo al mensaje que el Papa envió al inicio de esta cumbre, ven su elección como “la obra providente de Dios, que mira con amor a nuestras iglesias”.

También con memoria agradecida revisan el legado de Francisco – primer latinoamericano en llegar a la silla de Pedro – y aprovecharon para celebrar los 10 años de la encíclica Laudato si’ con el que “renovamos nuestra entrega al cuidado de la casa común”.

Han ratificado su compromiso con la tarea evangelizadora como “herederos de una rica tradición que se remonta a la Primera Conferencia General”, pasando por cinco, la última celebrada en Aparecida (2007).

40 Asamblea Celam

Semillas de esperanza

Por otra parte, en un mensaje a toda la Iglesia del continente, recordaron que la edición 40 de esta Asamblea ha sido “un espacio de discernimiento, oración y fraternidad episcopal”.

Han compartido “las luces y sombras de nuestras realidades, los clamores de nuestros pueblos y el anhelo de una Iglesia que sea casa y escuela de comunión”.

Están conscientes de los desafíos actuales como la pobreza, desigualdad en aumento la violencia impune, la corrupción, el narcotráfico, la migración forzada, el debilitamiento de la democracia, el clamor de la tierra, la secularización, entre los más comunes.

Han expresado su preocupación por la situación de Haití y Venezuela como la ausencia de sus hermanos de Nicaragua a quienes expresan su solidaridad y comunión, por lo que renuevan su compromiso de “ser pastores cercanos, servidores del Pueblo de Dios y testigos del Reino”.

No obstante, han podido identificar “las semillas de resurrección y esperanza” en las comunidades que acompañan, porque “somos testigos de una Iglesia que sigue latiendo con fuerza en medio de las dificultades, sostenida por la fe de los sencillos”.

Foto: Celam

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