El grito de Francisco en la Vigilia Pascual: “¡Hagamos germinar la esperanza en nuestra vida y en el mundo!”

  • El cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio, preside como delegado papal la primera de las celebraciones pascuales
  • En la homilía del pontífice pide llevar el mensaje del Resucitado “a todos los pobres y oprimidos de la tierra; a las mujeres humilladas y asesinadas; a los niños que nunca nacieron y a aquellos que son maltratados; a las víctimas de la guerra”

El grito de Francisco en la Vigilia Pascual: “¡Hagamos germinar la esperanza en nuestra vida y

Como ya ocurriera en 2020, el papa Francisco no ha presidido este Sábado Santo la Vigilia Pascual, dejando esta tarea al cardenal Giovanni Battista Re, decano del Colegio Cardenalicio. Entonces el pontifice sí que estuvo presente y bautizó a unos catecúmenos; en esta ocasión sigue su recuperación en la Casa Santa Marta, aunque hizo una pequeña escapada para rezar, a las 17:30 h., ante el Altar de la Confesión y, según la Oficina de Prensa del Vaticano, “estar cerca de los fieles que en las próximas horas celebrarán la Vigilia de la Noche Santa de Pascua”. La celebración sigue manteniendo el horario ‘pandémico’, iniciando la vigilia a las 19:30 h., no con mucha oscuridad. La liturgia de la que es “la madre de todas las vigilias”, según san Agustín, comenzó en penumbra en el atrio de la basílica de San Pedro, cerca de la Puerta Santa, con el encendido del cirio pascual en torno a una pequeña hoguera.



Ya en el interior del templo, con unos 6.000 fieles, donde poco a poco se fue haciendo la luz hasta brillar con todo su esplendor la basílica, siguiendo los ritos de esta Noche Santa de la salvación, la celebración prosiguió con la procesión hasta el altar. Ya a plena luz con el canto del ‘Exsultet’, el pregón pascual, fue el primero de los progresivos anuncios de la resurrección que se encadenan en este inicio del día de Pascua.

Nuevos cristianos

Después se proclamaron algunas lecturas bíblicas, en las que se ha evidenciado el desarrollo de la historia de la salvación en torno al momento central de la Resurrección, narrado en el evangelio de Lucas aclamado en el Gloria, a través de sonido de todas las campanas de la basílica, y pregonado con el Aleluya solemne.

En esta celebración también algunos catecúmenos han celebrado los sacramentos de la iniciación cristiana–bautismo, confirmación y Primera Comunión– de las manos del delegado del papa Francisco. En este caso han sido solo 3 personas: Ilda Hoxhaj de Albania; y Dario Ingrami y Alessandro Martorelli, ambos de Italia. La última parte de la Vigilia fue, siguiendo siempre la estructura del misal, la dedicada a la liturgia eucarística.

Vigilia Pascual Bautismos

Una luz en la noche

En la homilía preparada por Francisco, se recalcó con esta celebración la luz divina de la Resurrección se enciende y la Pascua del Señor ocurre cuando el sol aún está por salir” ya que, antes del alba “la oscuridad envuelve la confusión y el temor de los discípulos. Todo sucede en la noche”. Así, “la Vigilia pascual nos recuerda que la luz de la Resurrección ilumina el camino paso a paso, irrumpe en las tinieblas de la historia sin estrépito, resplandece en nuestro corazón de manera discreta. Y a esta luz corresponde una fe humilde, desprovista de todo triunfalismo”.

Para Francisco, “la Pascua del Señor no es un evento espectacular con el que Dios se impone y obliga a creer en Él; no es una meta que Jesús alcanza por un camino fácil, esquivando el Calvario; y tampoco nosotros podemos vivirla de manera despreocupada y sin dudas interiores. Al contrario, la Resurrección es como pequeños brotes de luz que se abren paso poco a poco, sin hacer ruido, a veces todavía amenazados por la noche y la incredulidad”. Porque, reivindicó: “Este ‘estilo’ de Dios nos libera de una religiosidad abstracta, ilusa al pensar que la resurrección del Señor lo resuelve todo mágicamente. Todo lo contrario: no podemos celebrar la Pascua sin seguir enfrentándonos a las noches que llevamos en el corazón y a las sombras de muerte que con frecuencia se ciernen sobre el mundo”.

Vigilia Pascual Homilia

Constructores de esperanza

Y es que “Cristo ha vencido el pecado y ha destruido la muerte, pero en nuestra historia terrena, la potencia de su Resurrección aún se está realizando. Y esa realización, como un pequeño brote de luz, nos ha sido confiada a nosotros, para que la cuidemos y la hagamos crecer”. Por ello, en sintonía con el Jubileo reclamó: “¡hagamos germinar la esperanza de la Pascua en nuestra vida y en el mundo!” porque, añadió, “la luz resplandece lentamente incluso si nos encontramos en tinieblas; la esperanza de una vida nueva y de un mundo finalmente liberado nos aguarda; un nuevo comienzo puede sorprendernos aunque a veces nos parezca imposible, porque Cristo ha vencido a la muerte”.

“En Jesús Resucitado tenemos, en efecto, la certeza de que nuestra historia personal y el camino de la humanidad, aunque todavía inmersos en una noche donde las luces parecen débiles, están en las manos de Dios; y Él, en su gran amor, no nos dejará tambalear ni permitirá que el mal tenga la última palabra”, añadió. Por ello invitó a “reproducir la Pascua en nuestra vida y convertirnos en mensajeros de esperanza, constructores de esperanza mientras tantos vientos de muerte aún soplan sobre nosotros”.

Esperanza, destacó el Papa, “para quienes carecen de fe en el Señor, para quienes se han extraviado, para los que se han rendido o caminan encorvados por el peso de la vida; para quienes están solos o encerrados en su propio dolor; para todos los pobres y oprimidos de la tierra; para las mujeres humilladas y asesinadas; para los niños que nunca nacieron y para aquellos que son maltratados; para las víctimas de la guerra”. “¡Hagámosle espacio a la luz del Resucitado! Y nos convertiremos en constructores de esperanza para el mundo”, concluyó.

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