Francisco: “Si san Pablo hubiera podido viajar en avión, ¿qué habría pasado?”

  • Recibe a los representantes de una aerolínea y les da las gracias por ser “las alas del Papa”
  • En 1964, Pablo VI viajó a Tierra Santa y se convirtió en el primer pontífice en volar
  • Para Bergoglio, Montini inauguró “una nueva forma de llevar a cabo nuestro ministerio pastoral”
  • Ha confirmado que viajará a Hungría, Marsella y Mongolia, disipando toda duda sobre su salud

“Si san Pablo hubiera podido viajar en avión, ¿qué habría pasado?”. Esta es la pregunta que Francisco ha dirigido a los representantes de la aerolínea ITA Airways, la compañía nacional italiana, a los que ha recibido en audiencia esta mañana en el Palacio Apostólico Vaticano.



En un tono divertido, ha agradecido que hayan “aterrizado” en el Vaticano para verse con él: “Estoy encantado. Y os acojo con gusto: en cierto modo representáis ‘las alas del Papa’, que me permiten volar hasta los confines de la tierra llevando el Evangelio de la esperanza y de la paz”.

Montini, el precursor

Aquí, Bergoglio ha recordado con mucho cariño a Montini, el primer Papa que se subió a un avión: “El 4 de enero de 1964, san Pablo VI subió al DC8 de Alitalia (esos DC8 que ahora están ‘jubilados’). Fue el primer Pontífice de la historia que tomó el avión para una peregrinación apostólica. El papa Montini había deseado tanto el viaje a Tierra Santa; un viaje corto pero muy intenso. Lo había anunciado con entusiasmo y emoción a los padres conciliares al final de la segunda sesión del Vaticano II”.

Así, “aquel vuelo, con salida de Roma-Fiumicino y llegada a Ammán, inauguró los viajes papales por el mundo: una nueva forma de llevar a cabo el ministerio pastoral del Papa, que permitía al Obispo de Roma llegar a tantas personas que nunca habrían podido peregrinar a Roma. Después de ese primer viaje, san Pablo VI realizó ocho más, tocando todos los continentes”.

Juan Pablo II, ‘el Papa viajero’

Luego llegó el turno de san Juan Pablo II, ‘el Papa viajero’, que realizó “104 viajes internacionales en sus 27 años de pontificado”, evidenciando que “esta forma de misión se convirtió en parte integrante del pontificado”.

En este punto, casi sin quererlo, ha disipado las dudas que podía haber sobre su salud y ha confirmado su agenda viajera: “Dentro de quince días, si Dios quiere, partiré para mi 41ª peregrinación, para visitar Hungría. Y luego vendrán Marsella y Mongolia…, y todo lo que está en lista de espera”.

Gracias por su ayuda

Finalmente, el Papa ha agradecido a la aerolínea el “servicio muy precioso” que siempre le presta en todos sus viajes y que “requiere competencia, cuidado y atención a muchos detalles, incluida la no fácil logística: lo sabe bien el Papa, que, como veis, tiene algunos problemas de movilidad. Pero, gracias a vuestra ayuda, ¡sigue viajando!”.

Y es que, para Francisco, la pastoral del tú a tú, de la mirada y el abrazo, es una de las esencias de su vocación: “Para mí es importante encontrarme con la gente, con las comunidades, con los fieles, con los creyentes de otras religiones, con las mujeres y los hombres de buena voluntad… Encontrarse en persona, hablar en persona es diferente de estar presente con un mensaje, quizás con un vídeo. No es lo mismo. El Papa viaja para confirmar a sus hermanos en la fe, para estar cerca de los que sufren, para ayudar a los que trabajan por la paz. Todo esto también es posible gracias a vosotros. Por eso os doy las gracias y, mientras Dios quiera, seguiré”.

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