Cristianos Sin Fronteras arranca sus bodas de oro: “Quedan muchos muros por romper”

La asociación que abanderó el voluntariado católico español y los encuentros de música creyente inicia las celebraciones de sus 50 años en Zamora

Cristianos Sin Fronteras (CSF) cumple 50 años como realidad eclesial volcada en la animación misionera de referencia en nuestro país por los multitudinarios Encuentros Misioneros Silos o los Festivales de la Canción Misionera.



La asociación ha iniciado las celebraciones de sus bodas de oro este fin de semana en el marco de su Pleno de Comprometidos en Zamora, la ciudad que vio nacer a esta plataforma que nació de la mano del sacerdote José Valdavida y la hija de la Caridad sor Carmela Suances.

Renovar sin destruir

“Anunciemos el amor de Dios”, animó el presidente de la Comisión Episcopal de Misiones, Francisco Pérez, a quienes participaron en un acto institucional y una eucaristía de acción de gracias. El también arzobispo de Pamplona y Tudela, se comprometió a informar al Papa Francisco de este aniversario durante la inminente vista ‘ad limina’ de los prelados españoles. “Seguid cultivando este carisma hermoso centrado en lo que es y significa la misión”, apuntó además como anfitrión de la que será la sede del Festival de la Canción Misionera en 2022.

Para el director de Obras Misionales Pontificias, José María Calderón, remarcó que, al llevar el apellido ‘sin fronteras’ “se está hablando de la universalidad de la Iglesia”. Cincuenta años después de sus inicios, Calderón les animó a no detenerse en el pasado ni a romper con esa memoria recibida: “Renovación no significa destruir lo que hubo sino partiendo de ahí mirar al futuro entusiasmándonos como todo lo que nos queda”. Desde ahí, alentó los presentes: “Queda mucha frontera por romper y por eso CSF tiene mucho futuro”.

Buscadores de Dios

En el acto también intervino el abad de Santo Domingo de Silos, Lorenzo Maté, puesto que la comunidad benedictina acogió desde sus inicios los campamentos de verano que han congregado a miles de niños, jóvenes y familias. “Me tocó hacer de peón albañil del almacén de la acampada, que se ha quedado pequeño”, recuerda el hoy superior de Silos que destacó cómo, lejos de romper la paz del monasterio, los encuentros “nos han llevado a salir de nuestras celdas para ser buscadores de Dios”.

Y es que los monjes siempre han ejercido de asesores espirituales de la entidad y han acompañado a cuantos han participado en sus actividades. “No os desaniméis, seguid adelante, a cuantos más llegue el anuncio de Evangelio, mejor”, expresó a cuantos le escuchaban en el auditorio del seminario zamorano de San Atilano.

En familia

Por su parte, la presidenta de Cristianos Sin Fronteras: Irene Martin Ureste, renovó el compromiso de la asociación para ser “escuela pastoral de animación misionera” desde una mirada abierta. “Nunca hemos querido ser comunidad aparte, sino que todo aquel que participara en las actividades de CSF fuera parte activa en la Iglesia local, no creando grupos al margen”. “Con este entusiasmo en familia y con amor, renovamos nuestra ilusión formando parte de esta Iglesia que se embarra”, señaló en un evento en el que también intervinieron otros presidente previos de la asociación como Víctor Cortizo y Pedro Cea.

Desde Madrid también se unió al evento el fundador de Cristianos Sin Fronteras, el padre José Valdavida. A través de una reflexión emitida en vídeo, el sacerdote burgalés de 80 años hizo un llamamiento a conformar en la Iglesia “una comunidad de comunidad” conformada por “peregrinos seguros” llamados a vivir “en comunión para evangelizar”. Con estas premisas, hizo un llamamiento a todos los cristianos para promover la presencia en todos los ámbitos de  la sociedad, especialmente en el de los medios de comunicación, en medio de los que denominó “una diáspora cultural”.

En este nuevo contexto, Valdavida llamó a anunciar la Buena Noticia “sin lamentos”: “Lo que hacen los lamentos es sembrar desgana. Despertemos. Abramos los ojos”, expuso con la energía y fortaleza que le ha acompañado a lo largo de su ministerio sacerdotal, apelando a la creatividad que siempre ha estado presente en cada una de las iniciativas de animación misionera que ha abanderado.

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