Luis Argüello denuncia que la Ley de protección del menor no les defiende de la ideología de género

El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española califica el programa ‘Rebeldes de género’ como una “propuesta agresora y burda sobre sexo”

Luis Argüello

Una vez que los obispos españoles han respondido a la ministra de Derechos Sociales y Agenda 2030, Ione Belarra, por sus declaraciones en el Parlamento al presentar a la Iglesia como encubridora de abusos sexuales a menores en la sesión del Congreso en la que se aprobó la ley orgánica de protección a la Infancia; otros flecos de esta ley siguen coleando.



Belarra tachó a la Iglesia de ser “cómplice demasiadas veces con la violencia sexual hacia los niños”, declaración que los obispos tacharon en un comunicado al respecto de “acusación gravemente injusta” propia de una “rancio anticlericalismo”. Comunicado que fue respondido por el actual candidato de Unidas Podemos a la presidencia de la Comunidad de Madrid, Pablo Iglesias, que declaró en un acto de la campaña que “los que ensucian a la Iglesia son los curas violadores y los obispos que les han protegido”.

Una propuesta burda 

Más allá de este cruce de acusaciones, la nueva legislación presenta algunos aspectos problemáticos, si bien la Iglesia está firmemente comprometida en la promoción integral de los menores y desarrolla miles de iniciativas cada año que buscan formarlos en valores tan relevantes como la solidaridad, el respeto a la diferencia, el servicio al bien común o el cuidado del entorno según los principios del humanismo cristiano”, tal como señalaban los prelado en su nota.

El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Luis Argüello, duda “mucho que la Ley de protección integral del menor, con sus referentes antropólogicos, pueda defender a las niñas y adolescentes de una propuesta tan agresora y burda sobre sexo como la que ofrece Rebeldes de género en Canarias y Getafe”. Se refiere a una serie de publicaciones destinados a adolescentes y jóvenes que pretenden “despatriarcar cuerpos”. En este sentido, el también arzobispo auxiliar de Valladolid propone: Seamos rebeldes del sentido común”.

 

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