El obispo emérito Felipe Arizmendi sale en defensa del Papa tras la polémica carta del arzobispo Carlo Maria Viganò
Así reacciona ante creciente crítica de autoridades del Gobierno, organismos eclesiales y víctimas organizadas. Esta decisión distiende la creciente tensión política que generaba la presencia del cardenal, inculpado por la Fiscalía como eventual encubridor, en un acto republicano al que concurren todas las autoridades civiles y militares.