Rafael Salomón
Comunicador católico

Un hermano: una bendición


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Quienes tenemos hermanos entendemos muy bien de este tema, nunca faltarán las alegrías, complicidades y hasta desacuerdos, entendemos que son parte de la relación. Tener un hermano es sin duda una gran bendición, se trata de una compañía que será para toda la vida, de manera que cuidarse entre hermanos es una actividad que deberemos realizar con responsabilidad y amor, los hermanos son nuestro lugar seguro en muchos aspectos.



Un hermano es un regalo para el corazón y un amigo para el espíritu, aunque a veces no faltan los malentendidos o enojos que nos hacen distanciarnos de ellos, confío que Dios nos ofrece diferentes oportunidades para re-encontrarnos con ellos, aunque parezca difícil, siempre habrá motivos para volver a confiar y comenzar en el amor de hermanos.

En la Palabra de Dios encontramos diferentes referencias dedicadas al amor fraterno, especialmente a los hermanos de carne, haciendo referencia a la unidad de los hermanos.

Las rivalidades entre hermanos

“¡Qué agradable y delicioso es que los hermanos vivan unidos!”. Salmos 133 (132), 1.

En este mundo encontramos historias de hermanos que han perdido el camino o que por diferentes situaciones se han alejado del núcleo familiar y se han roto los lazos familiares. Quienes han vivido esa realidad reconocen que se trata de un dolor muy profundo, porque una parte de ellos está extraviada y en ocasiones la solución llega a ser compleja y requiere de tiempo, paciencia y comprensión.

Hermanos

Hermanos. Foto: Unsplash

Sin embargo, aceptar que alguien de nuestra sangre está perdido en las drogas, el alcohol o que, por su necedad, se encuentra en una situación de peligro, es cuando surge un sentimiento de angustia y desesperación, ganas no faltan de intervenir, pero como ya lo mencioné, en ocasiones no es tan sencillo resolver esas diferencias.

No podemos dejar de lado las rivalidades entre hermanos, algo que resulta ser muy natural, pero puede complicarse con el tiempo, la competencia entre hermanos en diferentes momentos de nuestra vida puede debilitar la relación y sin duda, crear tensiones. Muchos hermanos no logran superar esa competitividad y se alejan de manera permanente, por ello es necesario dejar esas actitudes que lo único que harán es distanciar y generar incomodidad, creando tensión en una relación fraterna.

El amor de un hermano

Nada más alejado de una sana convivencia, estar comparando los logros en familia es tan tóxico que si entendiéramos el ‘veneno’ que genera en nuestros familiares, dejaríamos de hacerlo inmediatamente. El fruto del trabajo, la siembra de lo cosechado, es el resultado de muchas cosas, entre ellos la disciplina, entrega y por supuesto de la bendición recibida. Algunos no lo entienden y viven con resentimientos, con heridas emocionales que les impiden llevar una relación saludable con sus hermanos de sangre.

El amor de un hermano es ese que siempre está ahí, sin importar la distancia ni el tiempo. Cuando un hermano llega a faltar, no existe nada que pueda con ese vacío, es mucho más que la falta de su presencia en nuestras vidas, se trata de una parte de nosotros, porque nuestros hermanos nos hacen estar completos.