No todos vivimos la fe de la misma manera, la entendemos desde diferentes perspectivas, situaciones y realidades, me atrevo a decir que hasta la cultura define nuestra fe. No es la misma fe la que se expresa en la montaña, en la ciudad o en una vecindad. Sin duda se cree en la misma persona, la de Jesucristo, pero las condiciones cambian según el entorno y lo podemos ver en la Biblia.
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Aquella viuda que teniendo tan poco, se desprende de lo material, un par de monedas era todo lo que tenía y aún así se desprendió de ellas. “Una viuda pobre dio dos monedas llamadas blancas. No era mucho dinero, pero era todo lo que tenía”. Marcos 12, 42-44.
Este hecho no pasó desapercibido para Jesús y evidenció la fe de esa mujer a sus discípulos. Todos conocemos a alguien que cuenta con recursos económicos y que también tiene fe, pero que desprenderse de algunas monedas es casi imposible, impensable. Son diferentes formas de expresar la fe, cada quien lo hace desde su entorno y realidad.
Distintas maneras de vivir la fe
Están los que teniendo poco lo entregan todo sin medida, con gran amor; también de forma contrastante, podemos ver a quienes no dan nada, pero tampoco podemos dudar de su fe. Nuestra Iglesia católica tiene una enorme riqueza espiritual y hemos sido testigos de aquellos que jamás faltarían a misa ningún domingo, pero sus vidas no han cambiado, se trata de una fe costumbrista y mal haríamos en criticar.
Como también están los que van de vez en cuando a misa y son personas con una gran calidad humana. Nuevamente, son distintas maneras de vivir la fe. Encontramos a los estudiosos y eruditos conocedores de la palabra de Dios y esa es su manera de expresar una fe racional, pensante. Como también están las personas analfabetas que sin siquiera conocer un poco del mensaje evangelizador, viven en plenitud un amor único hacia Jesucristo el hijo de Dios.
Es un crisol de formas de fe, múltiples maneras de vivir la fe desde nuestra realidad y sigue siendo la misma y única fe en un solo Dios. El entendimiento, compromiso y comprensión difieren de persona a persona. Necesitamos salir en ocasiones de nuestro entorno, arriesgarnos a ir más lejos y ver la fe de los que nos rodean, la fe de los pobres, la fe de las prostitutas, la fe del sin hogar, la fe de quien maneja un camión, la fe de quien conduce un auto eléctrico.
Confianza en su amor y generosidad
Todos viviendo una fe y expresándola de maneras diferentes. Un don de Dios, inexplicable, así es la fe. Se trata de la confianza que tenemos en Él, el abandono que nada tiene que ver con las riquezas o la falta de ellas en nuestras vidas, porque si algo deberíamos tener la certeza, es que se trata de un Dios pobre.
Lo que también es necesario recordar es que, con la confianza en su amor y generosidad, nunca nos faltará lo necesario para vivir dignamente, cuando aceptamos con sinceridad y amor que estamos en sus manos. “Jesús les dijo: —Confíen en Dios. Les aseguro que, si tienen confianza y no dudan del poder de Dios, todo lo que pidan en sus oraciones sucederá”. Marcos 11, 22-24.