Las buenas acciones son las que hablan acerca de nuestra fe, reflejan nuestras creencias y dicen más que las palabras; de muy poco sirve saber y pregonar nuestros conocimientos religiosos si somos incapaces de mirar a nuestro prójimo con amor y servicio. Esto no es exclusivo de los católicos, ya que entre las más grandes religiones que tiene nuestro basto mundo, encontramos la importancia de ser y hacer viva la fe que se profesa.
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Por ejemplo, podemos encontrar que una de las palabra judías más comunes es: Mitzvá, que se traduce como ‘buena acción’ o ‘acto de bondad’, cada día se invita a quienes son judios a realizarlas. La palabra: Hasanat ‘buenas acciones’ se refiere a los actos de servicio y bondad que conllevan inmensas recompensas en el Islam. Encontramos dos conceptos contrarios, el karma y el dharma, es la ley universal hindú de causa y efecto, que responsabiliza a cada persona de sus acciones y por supuesto de sus efectos.
El punya es un concepto fundamental en la ética budista, se trata de una fuerza beneficiosa y protectora que se acumula como resultado de las buenas acciones, actos o pensamientos. En nuestra Iglesia católica, ofrecer un ‘buen acto’ abarca las acciones de Cristo y la gracia divina, esencial para toda buena obra, las virtudes emanan de esta gracia. Es algo de suma importancia transformar nuestro amor en acciones, porque es una gracia única.
El amor entre las principales religiones del mundo
Así que, podemos darnos cuenta que en las principales religiones del mundo, los actos de ayuda y servicio son necesarios para tener una relación buena y saludable con la fuerza inagotable de amor. Sin embargo; seguimos olvidando, ignorando y descartando a todo aquel que piense diferente, que no comulgue con nuestras mismas ideas. Para ser sincero, descubro más coincidencias que diferencias en el aspecto de las buenas acciones.
Éstas son abordadas desde las principales religiones del mundo como el amor a nuestros hermanos, se refieren a la ayuda que requiere el necesitado y al final, serán los frutos de un amor por quien muestra desventaja. En esencia similares, son una invitación a mejorar nuestras relaciones, a mirar con misericordia a nuestro semejante. Sin duda una lucha por detener el ego y la vanidad con la que todos hemos nacido, frenar y detener nuestros deseos insaciables por tener, acaparar y ser siempre los únicos.
“Porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; fui forastero, y me dieron alojamiento; necesité ropa, y me vistieron; estuve enfermo, y me atendieron; estuve en la cárcel, y me visitaron”. Mateo 25, 35-40.
Entiendo lo complicado que puede llegar a ser realizar todo el tiempo acciones de bondad, es un duro camino a la santidad, me queda claro también que las diferentes religiones buscan ejercitarlo y hacerlo vida, se trata de un aspecto de gran importancia que debemos llevar a cabo. Tengamos la disposición, la paciencia y entrega suficiente para que las buenas acciones sean parte de nuestra vida y podamos realizarlas sin esfuerzo, simplemente, como una respuesta que brota desde nuestro corazón. Porque “Una fe sin acciones es una fe estéril”. Santiago 2, 17.