Rafael Salomón
Comunicador católico

Inspirado por el Espíritu Santo


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Soy artesano de Dios, me he dado cuenta y lo acepto con todo lo que implica serlo. A lo largo de todo este tiempo donde he compartido la música, la escritura, contenidos dedicados a Dios y a difundir su palabra, hoy con más gusto y una enorme alegría puedo confirmar que este trabajo pastoral ha sido completamente artesanal, ha estado alejado de las grandes masas, de las tendencias y de la producción en serie.



He sido testigo de cómo lo inspirado por el Espíritu Santo ha llegado a unos cuantos corazones, como la música que me ha permitido crear, llega a pequeños espacios y las reflexiones que escribo son leídas por unas cuantas personas que de vez en cuando me contactan para agradecer o comentar. Tengo claro que la labor pastoral encomendada tiene el impulso y destino que Dios quiere y no el que las modas imponen o los criterios del mundo indican, este Ministerio ha sido a su manera, como él ha querido, sin prisas.

Sé que en todo este tiempo he navegado contra la corriente y he intentado ser fiel a la labor artesanal aunque no ha sido nada fácil de comprender. Siento una alegría muy especial, muy lejana de aquella que se celebra por alcanzar algún objetivo; más bien, es un gozo particular por darme cuenta que las cosas de Dios no tienen los criterios que imaginamos, más bien, es andar un camino donde todo se presenta en dosis pequeñas.

Rafa Salomón

Foto: Rafael Salomón

Compartir el mensaje que cambia vidas

Las oportunidades (si así podemos llamarlas) suceden a ‘cuenta gotas’, pero son constantes y claras. Indudablemente hay mucho por hacer y otro tanto por compartir, pero los tiempos de Dios no son los mismos que los míos, lo que en algún momento he imaginado, a lo mejor será solo eso, imaginación. Porque los planes que tiene Dios son más grandes y al mismo tiempo artesanales. El fruto será para unos cuántos, para alguien especial o para muchos años después, eso es lo fascinante, lo sorpresivo de los planes de Dios.

Cuántas veces he compartido con colegas este tema y todos coincidimos que en la evangelización ningún plan personal se lleva al ‘pie de la letra’, siempre hay ajustes, cambios y lo que un día inspiró a nuestro corazón como resultado del Espíritu Santo, vemos que adquiere un nuevo rumbo y otras dimensiones y es que el amor de Dios es tan grande y generoso, que no logramos comprenderlo. Con sencillez, mesura y lentitud, así es compartir el mensaje que cambia vidas.

“Guarda silencio ante el Señor, y espera con paciencia en él”. Salmos 37,7.

Agradar a Dios ayudando a mi prójimo

Muy distanciado del ruido, espectáculo y velocidad con la que las generaciones actuales se identifican, el mensaje es casi imperceptible y silencioso.

“Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca“. Isaías 53,7.

Seguiré con paciencia siendo artesano de Dios, mi taller es esta tierra que el Señor nos regaló, voy moldeando y haciendo pieza por pieza, buscando agradar a Dios ayudando a mi prójimo, encontrando la felicidad en cada escrito, cada canto, cada transmisión, siempre de forma artesanal, lejos de las masas y cerca de quien más lo necesite.