Cardenal Cristóbal López Romero
Cardenal arzobispo de Rabat

Hablemos con el corazón


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Un primo mío era futbolista y llegó a jugar en Tercera División. Cada semana compraba dos o tres veces un diario deportivo, con el que, a mis 5 años, mejoré mi capacidad de lectura y me aficioné a ella. Quizás de ahí nació mi vocación periodística, que quise ejercer a los 11 años redactando las crónicas de los partidos de fútbol que se jugaban en mi colegio cada fin de semana.



Ya de mayor entendí que, aunque mi licenciatura fuese en Ciencias de la Información, la comunicación era mucho más que la simple redacción y emisión de noticias… Y que, aun gustando, respetando y apreciando el deporte, era un desperdicio el llenar tantas páginas y el derrochar tanta inteligencia en informar exclusivamente sobre esta noble actividad.

Comprendí también que no basta hablar, que también las cotorras y periquitos pronuncian, pero no comunican; y que hablar requiere de inteligencia, pero que el uso del cerebro tampoco garantiza que se produzca una verdadera comunicación.

Para ello tienen que entrar en acción, además de dos cerebros, por lo menos dos corazones. Entonces, puede darse el encuentro, y en el encuentro puede surgir el diálogo; en ese caso, el hablar se convierte en conversación, en comunicación bidireccional, en auténtica comunicación.

Hablar de corazón a corazón, usando la inteligencia, permite comunicarse de verdad. Por eso el Papa, en la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, que se celebra como cada año con ocasión de la solemnidad de la Ascensión del Señor, nos invita a “hablar con el corazón”.

Hace ya muchos años, casi 60, el papa Pablo VI escribió una encíclica sobre el diálogo: ‘Ecclesiam suam’. En ella el Papa se refería, en primer lugar, al diálogo que Dios ha querido y quiere establecer con la humanidad, diálogo del cual la Iglesia debe ser servidora, signo e instrumento.

La Iglesia se hace conversación

“La Iglesia debe ir hacia el diálogo con el mundo en que le toca vivir. La Iglesia se hace palabra; la Iglesia se hace mensaje; la Iglesia se hace conversación” (ES 34).

¡Qué hermosa expresión!: “La Iglesia se hace conversación”. Eso quiere decir que escucha y que habla, que comunica de corazón, que, aunque no es del mundo, no rehúye el encuentro con el mundo, sino que sale hacia él, toma la iniciativa, da el primer paso… porque así lo ha hecho siempre Dios con la humanidad.

Hagamos caso al papa Francisco: hablemos con el corazón.

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