Rafael Salomón
Comunicador católico

El conocimiento de sí mismo


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Cuando llega la noche una gran cantidad de personas sufren por la falta de sueño o por el hecho de tener insomio. Este es un aspecto que tiene que ver con la salud mental y agregaría, también de la salud espiritual. Entre otros aspectos, tiene mucho que ver con nuestra conciencia, acciones que impactan a nuestro diario vivir y que nos dejan una sensación de incomodidad o de incertidumbre que nos impiden alcanzar la tranquilidad y la paz que necesitamos para irnos a la cama.



Decisiones que nos generan ansiedad, palabras que no dijimos y que hubiéramos pronunciado en el debido momento, pecados que nos alejan de una serenidad en nuestro corazón. Todo lo anterior mezclado con una vida estresante, un trabajo que no nos gusta, responsabilidades adquiridas sin haber sido evaluadas, inconformismo constante y muchas otras cosas que se encuentran en el ámbito de la salud mental crean una constante falta de sueño y de descanso en algunas personas.

La oración es una acción muy importante para encontrar la paz en nuestras vidas y así saber tomar decisiones que nos permiten vivir con serenidad. En muchas ocasiones el motivo de nuestra intranquilidad no es otra cosa que una conciencia repleta de decisiones erróneas, acciones que fueron tomadas desde la soberbia, decisiones que hablan más de nuestro egoísmo y vanidad.

La conciencia: maravilloso regalo de Nuestro Señor

Un verdadero examen de conciencia nos dará claridad acerca de nuestros fallos, algo que es inevitable en nuestras vidas, ya que el aprendizaje se revela por medio de nuestros errores frecuentes. Nuestra conciencia lo sabe, pero deseamos callarla, no queremos escucharla ni que nos recuerde que hemos cometido errores. He leído que una conciencia tranquila es como una buena ‘almohada’, donde podemos colocar nuestra cabeza y entrar en ese estado agradable que nos permite dormir sin complicaciones.

mujer optimismo

Foto: Unsplash

“Por esto, siempre trato de mantener una conciencia limpia delante de Dios y de toda la gente”. Hechos 24, 16.

La conciencia es un maravilloso regalo de Nuestro Señor, se trata de una voz interior que nos dicta lo que está bien y lo que está mal. Cuando nuestra conciencia está limpia, sin pecado, nos permite examinar con honradez la clase de persona que somos, de manera que, nuestros pensamientos y sentimientos más profundos los podemos observar desde sus verdaderas intenciones.

Confiar en la fortaleza del Espíritu Santo

En la Biblia la palabra ‘conciencia’ en todas las referencias del Nuevo Testamento es suneidēsis, que significa: Conocimiento que uno tiene de sí mismo. Como hijos de Dios tenemos la responsabilidad de realizar en todo momento lo correcto, debemos dar testimonio de la paz y bondad a quienes nos rodean.

Comprendo que en ocasiones y por las diferentes circunstancias que vivimos, a veces nos cuesta trabajo tomar decisiones asertivas en momentos de conflicto, es ahí donde debemos confiar en la fortaleza del Espíritu Santo para superar, enfrentar y transformar el mal que recibimos en bien.

No te dejes vencer por el mal, sino derrota el mal con el bien”. Romanos 12, 21.

Si seguimos la recomendación anterior, nuestra conciencia se sentirá mejor y a la hora de dormir conoceremos los beneficios.