¿Te peleas constantemente con tu pareja? ¿Tu casa parece un campo de batalla cuando hay diferencia de opinión? ¿Ante la menor provocación tu esposa o esposo discute sin entender razones? Ten mucho cuidado, porque no solo se trata de diferencias de puntos de vista o intereses, es algo mucho más grave. En cada discusión que aparezca en tu matrimonio se está desgastando la confianza, el respeto y la relación en su totalidad.
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No es evitar el conflicto; más bien, se trata de dialogar, de respetar las diferentes opiniones y especialmente de escuchar con apertura sincera lo que desea cada uno. Esto puede llegar a dificultarse cuando las emociones se desbordan, en ocasiones el enojo se instala y se desea imponer el punto de vista, algo muy peligroso.
Y si esto no es suficiente, tal vez lo que leas a continuación te sorprenderá, ya que en cada discusión le abrimos la puerta a la pobreza, sí así como lo leíste, ya que las peleas en pareja destruyen lo que se ha construido en el hogar, no solo en lo material, sino también en lo emocional y en lo espiritual. Encontramos en el siguiente versículo bíblico: “Muerte y vida, dependen de la lengua, según se elija, así se recibirá”. Proverbios, 18, 21.
Respeto, gratitud y unidad en el hogar
Aquí radica la importancia de nuestras palabras en todo momento, especialmente en la relación de pareja. Evitar las palabras que usamos cuando estamos enojados o iracundos, ya que al pronunciarlas generamos carencia, miseria y pobreza. Lo importante es saber emplear las palabras necesarias para demostrar nuestro disgusto, entendiendo que, quienes las están recibiendo, son personas a quienes amamos.
En el caso de que te cueste trabajo controlar tus emociones, lo más recomendable es que no discutas en ese mismo momento, deja que pase un buen rato y trata de retomar, ya que haya disminuído la emoción de enojo, eso te ayudará a controlar de manera correcta tus palabras. Es importante reconocer que la miseria no es solo falta de dinero, sino de vivir en tensión, sin descanso para el alma.
La queja es contagiosa, el enojo constante destruye y el resentimiento apaga poco a poco al amor. Así que, es muy importante aprender a expresar de manera correcta nuestras diferencias y controlarnos, dimensionar las consecuencias de nuestras palabras que en ocasiones causan un enorme daño a la relación. Después de ser pronunciadas, el dolor puede tener un impacto muy profundo y generar heridas emocionales permanentes, si supiéramos la importancia de nuestras palabras, tal vez no las tomaríamos a la ligera.
Si sientes que en tu casa falta paz, revisa lo que estás haciendo, los pensamientos que alojas y la forma en que empleas las palabras cuando estás enojado y la manera en cómo reaccionas. No siembres negatividad, habla con amor, fomenta la armonía y verás como todo empieza a cambiar, emplea palabras de amor y respeto hacia tu pareja, deja de lado las burlas y comentarios que no construyen la relación. La paz y la bendición llegan a los hogares, donde reinan el respeto, la gratitud y la unidad.