Para empezar
De acuerdo a la definición de la RAE, algo transparente es aquello que es claro, evidente, que se comprende sin duda ni ambigüedad. La transparencia es necesaria en cualquier ámbito de la vida, pero más si cabe en el ámbito financiero: es necesaria dicha transparencia para poder seguir, analizar y evaluar las inversiones.
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En el caso de fundaciones e instituciones de vida consagrada, los conocimientos en ocasiones son ajustados en este ámbito, por lo que requieren en mayor medida una información fiable, sencilla y homogénea, que no suponga dificultad en su entendimiento y que en cualquier caso persiga la univocidad. Un solo vistazo debería ser suficiente para que cualquier persona, independientemente de sus conocimientos o posición dentro de la institución, pueda interpretar correctamente la información.
Por dónde nos movemos
El sector financiero es, por norma general, de difícil comprensión. Su evolución, buscando principalmente el beneficio propio de la industria, no ha hecho sino dificultar ese entendimiento necesario, llegando a provocar incluso rechazo en ciertas ocasiones.
Los obstáculos, generalmente conocidos, impiden la transparencia, más aún en instituciones ajenas al sector. Es necesario acabar con una serie de pautas como pueden ser un encubrimiento de costes (la retrocesiones), una falta de transparencia en la información, o información proporcionada con desfase temporal. En resumen, una falta de interés por parte de las entidades de facilitar el entendimiento.
Por todo ello se ha incrementado la regulación hacia la transparencia y el sector debe adaptarse a los requerimientos establecidos. Pero vemos que aún queda mucho por hacer.
Qué dice la Iglesia
“Los agentes financieros han de redescubrir el fundamento ético de su actividad para no abusar de aquellos instrumentos sofisticados con los que se podría traicionar a los ahorradores. Recta intención, transparencia y búsqueda de los buenos resultados son compatibles y nunca se deben separar”. Carta encíclica Caritas in veritate, Benedicto XVI.
“Informes, balances e instrumentos de transparencia, permiten tener un cuadro sintético, pero al mismo tiempo riguroso de las actividades desarrolladas y de sus resultados favoreciendo a los administradores la actitud de rendir cuentas de sus acciones, de sus decisiones y, en un ámbito más general, de su propio comportamiento. Rendir cuentas, asimismo, favorece la prudencia en la administración de los bienes”. Economía al servicio del Carisma y de la Misión, CIVCSVA.
Cómo lo aplicamos
Evitando la imprecisión y buscando una clara alineación con la institución y sus intereses; dotando a la institución de la información necesaria y precisa y de una forma sencilla.
En Alveus Investing creemos que transparencia significa información regular (a poder ser online y diaria), clara (sin confundir con términos complejos) y completa, es decir, que muestre la composición y grado de diversificación de la cartera, su rentabilidad acumulada y por períodos, su riesgo abierto, sus costes, etc.
Desde la realidad
El entendimiento de las instituciones sobre sus posiciones y carteras de inversión se ve perjudicado por el desinterés de las entidades de solventarlo. La falta de ánimo por resolver las distintas trabas a las que se enfrentan las instituciones, así como la falta de interés por ayudarles a evitar dichos obstáculos, acaba perjudicando no solo a la industria sino especialmente a las propias instituciones.
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