Más escándalos en nuestra Iglesia católica, el mal sigue haciéndose presente en las congregaciones. Con tristeza he leído el documento emitido por la Nunciatura Apostólica en Perú donde se informa acerca de la expulsión de miembros del Sodalicio de Vida Cristiana, grupo religioso internacional que enfrenta acusaciones por abusos sexuales en Perú.
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Es otra herida que se abre en la institución y para los creyentes la vergüenza de enfrentar una vez más los terribles abusos sexuales. El papa Francisco tomó la decisión tras valorar las defensas correspondientes a las denuncias que emergieron durante la ‘Misión Especial’ confiada a monseñor Charles J. Scicluna, arzobispo de Malta y secretario adjunto del Dicasterio para la Doctrina de la Fe y a monseñor Jordi Bertomeu Farnós, oficial de dicho Dicasterio, la cual tuvo lugar en la Nunciatura Apostólica del Perú entre los meses de julio y agosto 2023.
La investigación descubre temas deplorables donde el pecado se desata con sus más terribles deseos por abusos psicológicos, físicos y sexuales contra menores de edad.
Denunciar y ser firmes en este tipo de temas
“Al que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mí, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos y le hundan en lo profundo del mar”. Mt 18, 6.
Debemos denunciar y ser firmes en este tipo de temas, sin perder el respeto, ni el amor a quien se ha equivocado llevando este tipo de actos deplorables, es tiempo de tomar con rigor las acciones de manera espiritual y jurídica, es un compromiso amoroso de todos los bautizados. Nadie debe estar por encima de la dignidad y voluntad de las personas.
El Sodalicio se fundó hace 45 años con el nombre Sodalitium Christianae Vitae, en honor al ‘sodality’ o idea de hermandad entre los maristas. Se creó como una sociedad de vida apostólica; es decir, como un grupo integrado por laicos consagrados y sacerdotes que viven en comunidades o casas compartidas entre ellos y cumplen labores de evangelización.
Actos que nos llenan de vergüenza
El grupo religioso peruano Sodalicio de Vida Cristiana se fundó en 1971 y cuenta con más de 20 mil seguidores en 25 países y fue reconocido oficialmente por el papa Juan Pablo II en 1997. Una maravillosa inspiración para las almas que desean vivir en el amor de Dios y de compartir la vida en comunidad. Pero los abusos se hicieron presentes, las investigaciones mostraron que algo no estaba nada bien.
Duele reconocer que en algunas instituciones suceden estos actos que nos llenan de vergüenza y que son capacez de arrebatarnos la calma. Como padre de familia me alarma y deseo de todo corazón que se aplique la justicia con severidad a los responsables, entre los que se encuentran obispos, sacerdotes y periodistas-
Los involucrados deben reparar y responder por la falta, esto en el ámbito legal y en el aspecto espiritual, cada uno tendrá que rendir cuentas a Dios. Ante el escándalo no cabe más que tener estas cuatro actitudes: Misericordia, no juzgar ni condenar, reflexionar y orar. Sigo impactado con la noticia y con la información que emitió el comunicado de prensa de la Nunciatura Apostólica en el Perú el 25 de septiembre de 2024.