La pandemia frenó en seco (casi) todo en marzo de 2020, pero no amputó la piedad popular de miles de hermanos y cofrades que se preparan ahora para tomar las calles
En medio de la catástrofe, la Iglesia se abre paso a través de los sacerdotes, que, además de acompañar en el dolor, capitanean un equipo de Cáritas entregado a dar soluciones a medio y largo plazo