¿Ignorantes o sectarios?

Sin duda, se pueden esgrimir argumentos más reflexivos para abordar el debate sobre la presencia de los símbolos religiosos en los espacios públicos de los que hace gala el secretario general de las Juventudes Socialistas de Huelva. Sostiene el joven –se refiere, claro está, al crucifijo– que “tenerlos colgados en las paredes de nuestros colegios es seguir manteniendo viva la llama de la intolerancia y la imposición”.  Salvo en el caso de aquel Cristo al que el gracejo popular le atribuía “dos pistolas” –y ello, para resaltar la contradicción que suponía–, sólo se puede sostener que la Cruz y quien cuelga de ella es signo de intolerancia desde una profunda ignorancia o un descarado sectarismo. Dado que según los expertos tenemos a la juventud mejor formada de nuestra historia, debe tratarse, simplemente, de lo segundo…

En el nº 2.673 de Vida Nueva.

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