La sombra de Benazir planea sobre Pakistán

Su partido, liderado ahora por su viudo, derrota en las elecciones a Musharraf

(J. C. R.) Los comicios legislativos celebrados en Pakistán el 18 de febrero abrieron una ventana a la esperanza de un futuro democrático en un país convulsionado por el islamismo radical, tensiones nacionalistas y un régimen militar presidido por el general Pervez Musharraf, que ha gobernado con mano de hierro desde 1999. Las elecciones eran para la Asamblea Nacional y para las ­cuatro asambleas provinciales, y estaban programadas para enero, pero fueron retrasadas tras del asesinato de la líder opositora Benazir Bhutto el 27 de diciembre.

Sin embargo, de los 80 millones de electores, sólo el 42% acudió a las urnas, que a juicio de muchos observadoras estuvieron marcadas por un rosario de irregularidades. Como era de esperar, el principal ganador fue el primer partido de la oposición, el Partido Popular de Pakistán (PPP), liderado por Asif Ali Zardari, viudo de la asesinada ex primera ministra, quien podría aliarse con la segunda fuerza opositora, la Liga Musulmana de Pakistán-Nawaz (PML-N) del antiguo primer ministro Nawaz Sharif, para expulsar del poder a Musharraf, cuyo partido gobernante, la Liga Musulmana de Pakistán-Q (PML-Q), sufrió una estrepitosa derrota. Si la oposición lleva adelante su anunciado plan de restablecer en sus cargos a los jueces del Tribunal Constitucional destituidos por el presidente en noviembre de 2007, Musharraf tendría contados sus días en el poder. Antes que estas dos fuerzas políticas ganadoras se pongan de acuerdo para lograr una amplia mayoría de dos tercios en el parlamento, tendrán mucho que negociar.

Atentados indiscriminados

Más de 80.000 policías y soldados vigilaron las elecciones para evitar que se repitieran incidentes como el registrado dos días antes, cuando 47 personas murieron por un atentado en Parachinar, poco después de la celebración de un mitin de un candidato respaldado por el PPP.  La violencia en Pakistán se cobró 4.700 vidas durante 2007.

Musharraf se ha afianzado durante los últimos años como aliado en la guerra contra el terror de EE.UU. con una amplia ofensiva contra militantes de Al Qaeda en las difíciles zonas fronterizas de montaña con Afganistán. Pero su popularidad en su país ha ido declinando por una pendiente cada vez más pronunciada, debido a su forma de gobernar autoritaria e incompetente. Después de que en noviembre de 2007 declarara el estado de excepción y destituyera a los jueces, Pakistán fue suspendida de la Commonwealth durante la última reunión de jefes de gobierno de esta organización ese mismo mes en Kampala (Uganda).

Compartir