El pasado 7 de septiembre nos dejó una de las grandes figuras de nuestro panorama teológico: el jesuita Santiago Madrigal Terrazas. Riojano de nacimiento, Santiago vio la luz en 1960, cuando ese acontecimiento al que dedicaría gran parte de su producción teológica, el Concilio Vaticano II, se encontraba en su fase preparatoria