En diciembre de 2023 se publicó la declaración ‘Fiducia supplicans’, firmada por el cardenal Víctor Manuel Fernández, prefecto del Dicasterio de Doctrina de la Fe, y ratificada por el papa Francisco. Tuvo una resonancia tremenda en el catolicismo universal, contando con declarados apoyos y con furibundos detractores. Pero, desde entonces, el hecho es que se abrió un camino inexplorado en la bimilenaria historia de la Iglesia al instaurarse “la posibilidad de bendecir a las parejas en situaciones irregulares y a las parejas del mismo sexo, sin convalidar oficialmente su estatus ni alterar en modo alguno la enseñanza perenne de la Iglesia sobre el matrimonio”.
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En estos casi dos años, en todo el mundo, han recibido esta bendición parejas que conviven sin estar casadas, divorciadas y vueltas a casar y homosexuales. Ha habido todo tipo de respuestas, con parroquias que han dado más realce a ese momento y otras que han optado por la estricta intimidad. Pero, sin duda, un paso más allá se acaba de dar en Alemania, en la Diócesis de Rottenburg-Stuttgart.
Se refuerza
Como informa ‘Kattolisch’, esa Iglesia local ha apostado por “reforzar las bendiciones para parejas del mismo sexo”, incluyendo a “parejas en toda la diversidad de orientaciones sexuales e identidades de género”. Lo que incluye, entre otras formas de percibirse individualmente, a personas transexuales.
Todo ello viene detallado en una publicación interna que se titula ‘Nos amamos, ¡qué bendición!’. En ella se detalla el apoyo nítido a “nuevas formas de apoyo pastoral a las parejas que piden una bendición para su relación, independientemente de su estilo de vida o estado civil”.
Documento aprobado en abril
Este paso en firme se da en base a ‘Fiducia supplicans’ y a lo dispuesto por el Camino Sinodal Alemán, que, en abril, dio luz verde al documento ‘La bendición da fuerza al amor’, siendo reconocido por la Conferencia Episcopal Alemana (DBK) y por el Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK).
En declaraciones a ‘Kattolisch’, Karin Schieszl-Rathgeb, consejera del Ordinariato de Rottenburg, defiende que, con esta respuesta pastoral, “la Iglesia no solo reconoce este amor, sino que también lo acompaña”. Y es que, “donde las personas se encuentran en el amor y la responsabilidad, Dios está presente”, siendo “esta unión digna de bendición”.

