Inmaculada Mercado: “Nosotros estamos en deuda con los países pobres”

  • Del 30 junio al 3 de julio, Sevilla acoge la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo de la ONU
  • La representante de Proclade Bética participará el viernes 27 en un coloquio sobre la cuestión ‘¿Qué financiación para qué desarrollo?’

Inmaculada Mercado: “Nosotros estamos en deuda con los países pobres”

Del 30 junio al 3 de julio, Sevilla acoge la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo de la ONU. Un encuentro fundamental y ante el que la Iglesia española se está movilizando a la hora de reclamar que se dé el paso de “condonar las deudas de los países que nunca podrán saldarlas”.



Así lo planteó en un comunicado conjunto difundido el pasado 12 de junio y que firmaron la Conferencia Episcopal Española (a través de la Comisión Episcopal para la Pastoral Social y la Promoción Humana, la Subcomisión para la Acción Caritativa y Social y el Departamento de Ecología Integral); el Arzobispado de Sevilla; la plataforma Enlázate por la Justicia (que integra a Cáritas, CONFER, Justicia y Paz, Manos Unidas y REDES); la delegación española del movimiento La Economía de Francisco y la Universidad Loyola, incluida su Fundación Etea-Instituto de Desarrollo.

Mesas redondas, vigilias y marchas

Desde el 25 de junio al 2 de julio, las organizaciones católicas citadas han organizado una serie de eventos especiales (desde mesas redondas y vigilias a la participación, junto a la sociedad civil, en una gran marcha por las calles de Sevilla) para concienciar a los participantes en la cumbre y a la ciudadanía en general, siempre “con el objetivo de remarcar la necesidad de trabajar por la justicia y por reformas financieras transformadoras que permitan ayudar a las poblaciones empobrecidas y agobiadas por una crisis de deuda insostenible”.

Y es que, como documenta la UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo), “3.300 millones de personas de las más de 8.000 millones que habitamos este mundo se ven privadas de servicios vitales, agravando la pobreza y la desigualdad. Mientras que el 80% de la nueva deuda mundial, en 2023, procedía de los países ricos, las naciones en desarrollo se enfrentan a los costes más elevados, con tipos de interés hasta 12 veces superiores. El aumento de la inflación, los préstamos injustos y las crisis económicas, han dejado a las naciones más pobres incapaces de invertir en su gente y en su futuro”.

pobreza

Apelando a que estamos en el Jubileo de la Esperanza, las entidades eclesiales recuerdan que Francisco hizo de la condonación de las deudas injustas una parte clave de su magisterio. Senda seguida por León XIV, que estos días ha invitado “a las naciones más ricas” a que “reconozcan la gravedad de tantas decisiones tomadas y determinen condonar las deudas de los países que nunca podrán saldarlas”.

La última fue hace diez años

En conversación con Vida Nueva, Inmaculada Mercado, de Proclade Bética, que participará el viernes 27 en un coloquio sobre a la cuestión ¿Qué financiación para qué desarrollo?, valora la “importancia” de la conferencia de la ONU sobre la deuda, “que será la cuarta que se celebra, además de que la última fue hace diez años”. Además, “llega en un contexto internacional crucial, en cuanto a complejo y convulso, por lo que debemos aumentar los esfuerzos para que haya un cambio fundamental en las estructuras de financiación a nivel mundial”.

En ese sentido, “es clave que existan organismos multilaterales en los que todos los países puedan hacer oír su propia voz y cesen los recortes en la financiación al desarrollo”. Algo que, precisamente, ha sufrido estos meses un revés “muy preocupante”, tras la decisión de Donald Trump de “desmantelar” la USAID, la agencia estadounidense de ayuda al desarrollo internacional, clave en buena parte de África y de América Latina.

Por todo ello, Mercado reclama acudir a lo esencial: “En 1970, la comunidad internacional se comprometió a destinar el 0,7% de sus presupuestos a la ayuda internacional al desarrollo. Hoy, en 2025, solo cinco países han cumplido con ese compromiso… De ahí que recuerde que somos nosotros los que tenemos una deuda con los países más empobrecidos. Teníamos un compromiso y no lo hemos cumplido”.

También hay una deuda climática

Lo mismo que “la deuda climática”, pues, como reflejó Francisco en la encíclica Laudato si’, un mal de nuestro tiempo es la “injusticia ecológica”, por los que los países menos contaminantes son los que más sufren los efectos del calentamiento planetario.

En definitiva, la cumbre de Sevilla es “una gran oportunidad para explicar a la ciudadanía la necesidad de un cambio de modelo profundo. Como cristianos, hemos de movilizar a nuestras comunidades. Y, como parte de la sociedad civil, debemos hacer ver que hemos de implementar ya mecanismos económicos justos, equitativos e inclusivos, condonando deudas inasumibles y, sobre todo, dando voz en estos foros a quienes normalmente no la tienen, pese a ser directamente afectados. En un tiempo de crisis del multilateralismo, debemos seguir creyendo en él”.

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