Los obispos animan a los laicos a cumplir con su misión: “La Iglesia tiene que perder el miedo a salir a la intemperie”

La Conferencia Episcopal ha publicado su mensaje por el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar

Encuentro de Laicos celebrado en febrero de 2024 en Madrid

El próximo domingo, 8 de junio, solemnidad de Pentecostés, la Iglesia española celebra el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar. “El Sínodo sobre la Sinodalidad y el Congreso de Vocaciones, que hemos celebrado recientemente (7-9 de febrero), como expresión de la comunión eclesial, son signos de esperanza para nuestra Iglesia que anhela seguir haciendo camino, subrayando la diversidad de vocaciones para la misión evangelizadora”, señala la Conferencia Episcopal en su mensaje por el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar.



“La vocación de la Iglesia es la misión, el anuncio explícito de Jesucristo con palabras y con obras”, subrayan. En este sentido, “el Sínodo sobre la Sinodalidad ha expresado de un modo rotundo no solo que la Iglesia tiene una misión, sino que, en sí misma, es misión, porque si el anuncio del Evangelio no es el centro de la vida de la Iglesia, entonces corre el peligro de convertirse en una Iglesia autorreferencial”.

Por eso, la Iglesia, “especialmente en este año jubilar, si quiere ser signo de esperanza en el mundo, tiene que perder el miedo a salir a la intemperie y habitar en las periferias geográficas y existenciales, donde quizás hay vientos y borrascas pero contamos con el ancla seguro, que es Jesucristo”.

Llamados a entregar el amor de Dios

De esta manera, para los obispos españoles la Iglesia, como signo de esperanza para este mundo, “está llamada a ser misionera y ‘misericordiosa’. Es decir, “la misión de la Iglesia consiste también en sanar las relaciones heridas, en el cuidado de los más desfavorecidos y de los que sufren por cualquier causa (enfermedad, migración, pobreza, hambre, guerra…)”.

Esta dimensión evangelizadora y misionera le corresponde a toda la Iglesia pero, de “un modo propio y peculiar (LG 31), a los laicos, que están más en contacto con el mundo, en los ambientes”. Por ello, “la primera tarea de los laicos, hombres y mujeres, es impregnar y transformar las realidades temporales con el espíritu del Evangelio”.

Por ello, “los laicos, en virtud de su vocación, están llamados a entregar el amor de Dios que ha sido derramado en cada uno de nosotros por el Espíritu Santo, como caridad política, estando presentes en la vida pública, siendo testigos de la esperanza cristiana con valentía y ardor misionero”.

Ahora bien, “para que el laicado lleve a cabo esta labor transformadora de las realidades temporales, la Iglesia española, en línea con el Concilio Vaticano II, ofrece la Acción Católica como cauce adecuado para formar laicos, teniendo como referencia fundamental la Doctrina Social de la Iglesia”. Por último, los obispos subrayan que “es imprescindible realizar un acompañamiento por parte de los pastores, las comunidades, los movimientos y las asociaciones”.

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