El médico del Papa: “Incluso en sus momentos más difíciles tenía muy presente la fragilidad del mundo”

Carlo Torti ha relatado cómo fueron las últimas semanas de Jorge Mario Bergoglio junto al equipo del Gemelli

El papa Francisco, durante el saludo a los fieles en el Policlínico Gemelli de Roma

“Cuando nos enteramos de que cuidaríamos del Papa, el impacto emocional fue muy intenso en todos nosotros. Estábamos llamados a seguir a una persona que representaba un punto de apoyo, tanto espiritual como moral, para el mundo entero”. Así lo recuerda, ante los medios vaticanos, Carlo Torti, director de la Unidad Operativa de Enfermedades Infecciosas de la Fundación Policlínico Gemelli, al recordar las últimas semanas del papa Francisco, fallecido el pasado lunes a causa de un ictus.



“Sin embargo”, continúa, “al primer acercamiento, toda esta preocupación se disipó, hasta el punto de que incluso la actitud que mostró hacia nosotros en medio del sufrimiento fue la de cualquier paciente que se relaciona de forma equilibrada con el médico”.

El médico recuerda también cómo Jorge Mario Bergoglio depositó toda su confianza en los médicos: “También nos ayudó mucho con el proceso de tratamiento. Fuimos muy cercanos y nos centramos en sus necesidades, no solo físicas, sino también humanas. La cercanía, el apretón de manos, tanto para él como para los demás pacientes, es algo muy importante”. La reciprocidad era tal que el Papa, explica el médico, “representaba también un guía para nosotros, con sus necesidades físicas y psicológicas que, en la medida de lo posible, tratábamos de considerar”.

El papa Francisco habla durante la bendición Urbi et Orbi durante una misa, en la Plaza de San

“Hemos perdido referente para el mundo”

Torti señala que Francisco regaló, en varias ocasiones, un rosario al equipo del Gemelli, señalando siempre que venía de Tierra Santa. “Incluso en esos momentos tenía muy presente la fragilidad del mundo”, recuerda Torti. “Lo que me sorprendió es que, en sus momentos de fragilidad personal, usaba estas referencias para pensar en los demás, en las personas más necesitadas, aunque en esos momentos tenía necesidades y las sentía con mucha intensidad. Evidentemente, su dimensión espiritual estaba más orientada a los demás”.

El papa Francisco era, pues, “una persona que identificaba claramente las necesidades, no solo materiales, de las personas y trataba de apoyarlas de forma global”, por lo que, para el doctor, “hemos perdido, en efecto, un punto de referencia en este mundo que parece tener cada vez menos”. “Francisco fue un tejedor de lazos hasta el final, también en el momento más crítico de su salud. Esto vale mucho más que una anécdota porque muestra su profundidad poco convencional. Es algo que nunca olvidaré”.

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