Así fueron las últimas horas del papa Francisco antes de morir: “No sufrió y todo sucedió rápidamente”

  • Salvatore Cernuzio, en Vatican News, relata cómo la crisis se inició a las 5:30 de la mañana, falleciendo dos horas después
  • La víspera, Domingo de Pascua de Resurrección, se despidió de los fieles sin saberlo y desde su papamóvil
  • “Gracias por devolverme a la Plaza”, le dijo emocionado a su enfermero, Massimiliano Strappetti

Así fueron las últimas horas del papa Francisco antes de morir: “No sufrió y todo sucedió

Tras morir ayer, 21 de abril a las 7:35 de la mañana en Santa Marta, solo sabíamos que el papa Francisco había fallecido después de sufrir una “apoplejía cerebral” (un ictus) que le dejó en “coma” por un “colapso cardiovascular irreversible”. Así lo confirmó anoche la Santa Sede al hacer público el certificado de defunción firmado por el director de la Dirección de Sanidad e Higiene del Estado de la Ciudad del Vaticano, Andrea Arcangeli.



Se trató de un hecho sorprendente, pues se daba por hecho que el Pontífice había superado la crisis respiratoria que le llevó a ingresar el 14 de febrero en el Gemelli, donde pasó ingresado 38 días y padeció una bronquitis y una neumonía bilateral, así como después de otras tres semanas de regreso a Santa Marta, en las que su mejoría era progresiva.

Bendición ‘urbi et orbi’

Así lo acaba de confirmar Salvatore Cernuzio, quien, en una crónica en Vatican News, ha narrado cómo fueron las últimas horas del papa Francisco. En concreto, nos muestran a Bergoglio en la víspera, el día 20, tras impartir en la fachada de San Pedro la bendición ‘urbi et orbi’ del Domingo de Pascua de Resurrección.

Una vez terminada esta, el Papa sorprendió a los 55.000 fieles presentes al bajar a la plaza y, durante media hora, dar un caluroso paseo en su papamóvil. Nadie podía saberlo entonces, pero era su despedida del mundo, pues fue la última vez en que se le vio en público.

Justo antes de hacerlo, el Pontífice lo consultó con su enfermero, Massimiliano Strappetti, a quien Francisco apreciaba mucho después de que en su día le salvara la vida sugiriéndole una operación de colon no planificada. En 2022, le nombró su asistente sanitario personal en 2022 y, en estos meses de enfermedad, en el Gemelli y en Santa Marta, le ha acompañado constantemente.

“¿Crees que podré hacerlo?”

“¿Crees que podré hacerlo?”, le preguntó un Francisco emocionado a Strappetti. Hasta que este le tranquilizó y le animó a encontrarse con los fieles. Una vez abajo, entre la pasión desatada de los fieles presentes, que le regalaron infinitas muestras de amor, Bergoglio se dirigió a su enfermero y amigo y le dijo con el alma abierta: “Gracias por devolverme a la Plaza”.

Bendicion Urbi Et Orbi Mano

Una muestra clara de hasta qué punto hemos estado ante un Pontífice que realmente necesitaba el contacto con los demás, como demostró desde el primer día al renunciar a vivir en el Palacio Apostólico y hacerlo en Santa Marta, rodeado de sacerdotes.

“Cansado pero feliz”, Cernuzio revela cómo el Papa “descansó por la tarde y cenó tranquilamente”. Tras acostarse, “hacia las 5:30 de la mañana aparecieron los primeros síntomas de enfermedad, con la pronta intervención de quienes velaban por él. Más de una hora después, tras haber saludado a Strappetti, tumbado en la cama de su piso en la segunda planta de la Casa Santa Marta, el Pontífice entró en coma. No sufrió y todo sucedió rápidamente, dicen quienes estuvieron a su lado en esos últimos momentos”.

Una muerte discreta

Como concluye el cronista de Vatican News, “fue una muerte discreta, casi repentina, sin largas esperas ni demasiado clamor para un Papa que siempre había mantenido en secreto sus condiciones de salud. Una muerte que se produjo al día siguiente de Pascua, al día siguiente de haber bendecido a la ciudad y al mundo, al día siguiente de haber abrazado de nuevo, después de mucho tiempo, al pueblo. Aquel al que, desde los primeros momentos de su elección, el 13 de marzo de 2013, había prometido un camino ‘juntos’”.

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