La entidad cristiana ‘Justicia y Paz’ condena el rearme europeo y la carrera armamentística derivada de los últimos acontecimientos geopolíticos vinculados a la guerra de Ucrania. “En este momento histórico clave, con un mayor riesgo nuclear, se espera que los Estados hagan frente a la amenaza que suponen las armas nucleares y a la urgencia del desarme nuclear. Pedimos, por tanto, que reflexionen y consideren corregir el camino equivocado hacia la escalada armamentística y nuclear y trabajen por un desarrollo humano integral, por una paz justa y duradera, fruto del diálogo, la colaboración y la diplomacia, y no de la confrontación y la guerra“, informó la entidad en un comunicado.
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Esta organización compartió la visita a España de una delegación de ‘hibakusa’ de Hiroshima y Nagasaki, a mediados de enero de 2025, acompañados por el copresidente de ‘Nihon Hidankyo’, Shigemitsu Tanaka. Asimismo, del 3 al 7 de marzo, se celebró en la sede de la ONU en Nueva York la tercera reunión de los estados que forman parte del TPAN, en la que se trató precisamente el desarme, mientras los miembros de la Unión Europea y sus aliados pactaban la ampliación de la política defensiva.
En escenario, el observador permanente ante la ONU del Vaticano, Gabriele Caccia, expresó su preocupación por el retorno de la “retórica basada en la disuasión” y el “peligroso espectro de las amenazas nucleares”. Pidió un “cambio de prioridades” hacia la seguridad y el desarrollo humano integral, e hizo el llamamiento a que “es imperativo que tenga lugar una reevaluación de las prioridades actuales, con inversiones dirigidas hacia un paradigma de paz y seguridad definido por la fraternidad, en lugar de la disuasión y la escalada militar“.
Paz estable y duradera
En este contexto, subrayó la responsabilidad de la comunidad internacional a la hora de garantizar un futuro seguro para las nuevas generaciones. En el mundo actual, donde las armas de destrucción son cada vez más poderosas, “ha llegado el momento de decir seriamente ‘no’ a la guerra, de afirmar que las guerras no son justas, sino que sólo la paz es justa: una paz estable y duradera, no construida sobre el peligroso equilibrio de la disuasión, sino sobre la fraternidad que nos une”, afirmó Caccia.
Esta organización aseguró que “la desigualdad social genera tarde o temprano una violencia que la carrera armamentista no resuelve ni resolverá jamás“, sino que “sólo sirve para tratar de engañar a quienes reclaman mayor seguridad, como si hoy no supiéramos que las armas y la represión
violenta, en lugar de traer soluciones, crean nuevos y peores conflictos”.