La petición de Francisco a los seminaristas de Córdoba: huir de “las primeras posiciones” y del “buenismo dulzón”

“Jesús nos repara cuando pinchamos en medio de la carretera y nos acoge cuando nos vence la fatiga y debemos detenernos a hacer una pausa”, recordó el Pontífice durante la audiencia

Francisco con los seminaristas de Córdoba

En la mañana de este 17 de enero, el papa Francisco ha recibido en audiencia a los seminaristas de la Diócesis de Córdoba, acompañados por sus formadores y por su obispo, Demetrio Fernández. Un momento de intimidad y confianza en el que el Pontífice les ha expresado su “gran alegría” al “darles la bienvenida a esta casa, a la que acuden como peregrinos de esperanza en este Año Jubilar”.



Como les ha reiterado Bergoglio, “en el viaje de la vida, la esperanza la podríamos identificar como ‘las señales’ que nos van marcando el itinerario”. En este sentido, “la primera es ‘la dirección’: hacia el cielo, al encuentro definitivo con Jesús”. Por ello, hay que decir “no a las primeras posiciones, no a los sitios más cómodos; esos son callejones sin salida, que, si tenemos la desdicha de embocarlos, debemos salir marcha atrás con trabajo y vergüenza”.

Los peligros en el camino

Como ha recalcado el Santo Padre a los futuros sacerdotes andaluces, la segunda señal se refiere “a ‘los peligros en el camino’. Ustedes vienen de un hermoso lugar que toma el nombre de san Pelagio y que ocupa el antiguo solar del campo de los mártires. Como hizo entonces ese santo niño, en medio del dolor de una guerra, de la crueldad más indigna del ser humano, armados con el yelmo de la esperanza, se puede dar testimonio, se puede perseverar en el camino del Señor, convencidos de que Jesús los sostendrá siempre y nos dará además la fuerza de ser sembradores de esperanza”.

La tercera señal corresponde “a ‘las zonas de avituallamiento’. En este camino, que ahora les ha traído a Roma, a atravesar la Puerta Santa y visitar las tumbas de los apóstoles, necesitamos ser sostenidos, sentir la presencia del que es nuestra única esperanza, Jesús”.

Francisco con el arzobispo de Córdoba, Demetrio Fernández

Francisco con el arzobispo de Córdoba, Demetrio Fernández

Cuando nos vence la fatiga

Así, “Él se nos presenta como Maestro, como Señor; se nos da como alimento en su palabra y en la Eucaristía; nos repara cuando pinchamos en medio de la carretera y nos acoge cuando nos vence la fatiga y debemos detenernos a hacer una pausa”. Y es que, “sin esa esperanza, ponernos en camino sería una locura”. En cambio, “fiados en Él, no tenemos dudas de que llegaremos al puerto deseado”.

Al final del encuentro, el Papa les ha dirigido un último consejo: “Con todo, no piensen nunca que sembrar esperanza es decir palabras de cortesía u optar por un buenismo dulzón. Este camino es el camino de Jesús, que lleva a la Jerusalén celeste, pasando por la terrena, abrazados a la cruz, y sostenidos por infinidad de cirineos. Un camino en el que no se puede avanzar solo, sino en comunidad, guiando, defendiendo, asistiendo y bendiciendo a aquellos que el Señor nos dejó como tarea”.

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