Por tercera vez en la larga historia de la Compañía de Jesús, tal y como ocurriera en los años 2000 y 2005, todos los superiores mayores de una de las congregaciones más universales de la Iglesia católica, se reunirán en Roma, del 17 al 26 de octubre.
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Así lo ha decidido el padre general de los jesuitas, el venezolano Arturo Sosa, que ha enviado una carta a sus compañeros para convocar una cita que se encuadra dentro del “proceso de discernimiento de la vida-misión de la Compañía, inspirado por la 36ª Congregación General”.
Dos décadas atrás
Así, se recupera una fórmula que ya se implementó dos décadas atrás, cuando, “de acuerdo a la decisión tomada por la 34ª Congregación General”, se optó por “sustituir la Congregación de Provinciales [que solo se reunió una vez, en 1990] por este tipo de encuentros”.
Según observa el padre general, la 36ª Congregación General “volvió a urgir a la Compañía a responder con valentía a los signos a través de los cuales el Espíritu Santo nos va conduciendo en el mejor modo de servir a la misión encomendada por el Señor Jesús a la Iglesia”.
Por tanto, será “un encuentro para, juntos, contemplar a Jesús, Señor de la historia, porque es mirándole a Él como no perdemos el rumbo”. De ahí que se busque concretar “un tiempo de oración, conversación espiritual y reflexión compartida, como compañeros y amigos en el Señor”.
Comunicado ya en noviembre de 2023
Como se recuerda en la carta, “las fechas de esta reunión” ya fueron “comunicadas oficialmente por el secretario de la Compañía” en dos cartas circulares, en noviembre de 2023 y en noviembre del pasado año.
Haciendo un repaso de su historia reciente, Sosa valora que, “en el camino recorrido desde la 36ª Congregación General, destaca el discernimiento en común sobre las Preferencias Apostólicas Universales (PAU)”, para el período 2019-2029, siendo necesario “su asimilación y puesta en práctica según personas, tiempos y lugares”.
En cuanto que “las PAU han inspirado la planificación apostólica en todos los niveles de la Compañía”, han servido “como orientaciones en la toma de decisiones necesaria para responder a la misión actual y futura de la Compañía en los complejos y variados contextos en los que está comprometida”.
Como inspiración espiritual
Ahora, se asegura, “estamos invitados a seguir profundizando en la asimilación de las PAU como inspiración espiritual y fuente de energía misionera para la Compañía como cuerpo, para cada uno de sus miembros, sus comunidades y junto a quienes comparten las tareas cotidianas en sus obras y redes apostólicas”.
En cuanto a los temas concretos que preocupan (y ocupan) hoy a los jesuitas a nivel mundial, se encuentran “el examen del significado y desafío del voto de pobreza, junto a la revisión de los Estatutos de la Pobreza Religiosa de la Compaña de Jesús y la Instrucción sobre Administración y Finanzas”. Todos ellos, “otra llamada de atención del Espíritu Santo a la Compañía”.
Y es que “es a Jesús pobre y humilde a quien hemos decidido seguir cuando elegimos ‘ser soldado para Dios bajo la bandera de la Cruz, y servir al solo Señor y a la Iglesia su Esposa bajo el Romano Pontífice Vicario de Cristo en la tierra’”. Por tanto, “como jesuitas, hemos renovado la conciencia de la fidelidad al voto de pobreza como garantía de la vocación a la que hemos sido llamados y como generadora de creatividad apostólica”.
Con un Jesús pobre y humilde
Así, “teniendo a Jesús pobre y humilde como único centro de nuestra vida, seremos capaces de alcanzar el desapego de todas las cosas, la indiferencia que es condición para obedecer humildemente la voluntad de Dios”. En cuanto a que “el Espíritu Santo nos ha llamado en alta voz a renovarnos como mínima Compañía de Jesús colaboradora”, “el compromiso en contribuir a una cultura de la salvaguarda ha sido otra dimensión que ha desafiado nuestra vida-misión en estos años”.
Otro punto importante de la carta es el que se incluye en este párrafo: “Ha sido duro tomar conciencia de la presencia de toda clase de abusos en todos los contextos sociales en los que vivimos y trabajamos. Ha sido difícil reconocer su presencia dentro de nuestras comunidades y obras apostólicas. Según las condiciones de cada país, en tiempos anteriores o más recientes, se han dado pasos importantes reconocer cada caso, tomar las medidas pertinentes, facilitar procesos de justicia y reconciliación”.
Al mismo tiempo, “se han desarrollado programas para prevenir posibles casos y fortalecer ‘ambientes seguros’ en las obras apostólicas. Queda mucho por hacer en la formación de quienes compartimos la misión y, sobre todo, en reconocer las causas profundas en la sociedad como paso a su transformación estructural”. De ahí que se dé por hecho que esta cuestión tendrá un gran protagonismo en la cita romana.
Una visión amplia
En este arduo camino a recorrer, “la 71ª Congregación de Procuradores, reunida en Loyola en mayo de 2023, permitió tomarle el pulso a la vida del cuerpo universal de la Compañía. Las congregaciones provinciales, las visitas e informes de los procuradores ofrecieron una visión amplia y pertinente sobre temas de identidad, colaboración, misión y gobierno”.
De ahí salió “el informe ‘De Statu Societatis’”, que “ha permitido un examen profundo, iniciado en la misma Congregación de Procuradores y, a continuación, realizado en todo el cuerpo de la Compañía hasta el pasado mes de septiembre de 2024”.
Al mismo tiempo, “en la vida apostólica de la Compañía hay procesos en marcha; entre ellos: la reflexión sobre el papel de la mujer en el apostolado de la Compañía, la valoración de la presencia de los hermanos jesuitas, el fortalecimiento del trabajo en red, la identidad y misión en el apostolado educativo en todos los niveles, la expansión del compromiso con la ecología integral o la profundización del conocimiento de nuestras fuentes carismáticas”.
No tendrá atribuciones legislativas
Como concluye Sosa en la misiva, “la reunión de superiores mayores de octubre, si bien no es una congregación con atribuciones legislativas ni produce decretos o documentos, es una excelente oportunidad para recoger los frutos de los procesos en marcha y desde una perspectiva de cuerpo universal”.
Porque, “como jesuitas en el servicio de gobierno, llamados a encontrar un camino sostenible para toda la Compañía, podremos vislumbrar juntos los pasos que dar en los próximos años y responder, en fidelidad creativa, a los inmensos desafíos de una misión que nos ofrece la oportunidad de anunciar a Jesús pobre y humilde, el crucificado-resucitado, a un mundo que tiene sed de justicia, de paz y de amor”.