María Rosaura González Casas: “No hay sinodalidad sin igualdad”

  • La religiosa miembro de la Comisión de Cuidado y Protección de la CLAR ha participado en un conversatorio organizado por la Revuelta de Mujeres
  • “Si no hay un cambio de nuestras estructuras, será muy difícil que haya igualdad de relaciones”, ha afirmado la teresiana

María Rosaura González Casas

“Si no hay un cambio de nuestras estructuras, será muy difícil que haya igualdad de relaciones. Recordemos que no hay sinodalidad sin igualdad”. Así lo ha expresado esta tarde María Rosaura González Casas, miembro de la Comisión de Cuidado y Protección de la Confederación Latinoamericana de Religiosos (CLAR), durante el conversatorio organizado por la Revuelta de Mujeres en la Iglesia a raíz del libro ‘Vulnerabilidad, abusos y cuidado en la vida religiosa femenina. Creando una cultura del cuidado y la protección’ (Editorial Claretiana), elaborado tras una investigación realizada por la religiosa mexicana.



En el evento online, la experta del Instituto de Psicología de la Universidad Gregoriana de Roma ha ofrecido una recopilación de testimonios de víctimas, junto con el análisis de datos recolectados en una investigación cualicuantitativa desde congregaciones, comunidades de fe y parroquias en la que han participado religiosas de los 22 países de América Latina y el Caribe.

El acto ha estado respaldado por la Conferencia Española de Religiosos (CONFER) con la presencia del presidente, Jesús Díaz Sariego, OP; y el secretario general, Jesús Miguel Zamora, FSC. El dominico ha intervenido al comienzo agradeciendo la invitación, pues “estoy aprendiendo mucho gracias a tantas mujeres que nos rodean”. Asimismo, ha lamentado que “la cultura patriarcal no se cambia de un día para otro”. Sin embargo, “es el momento de la palabra, de salir a la luz, de denunciar y dar a conocer los abusos en la vida religiosa femenina”.

Antes de que la religiosa de la Compañía de Santa Teresa comenzara a hablar, Carmen Montejo, de la Revuelta de Mujeres en la Iglesia, ha justificado el tema por la “poca atención a las mujeres abusadas en la Iglesia”. En este sentido, la teresiana ha advertido que “la Iglesia debe ser un signo de cómo son las relaciones que hablan del Reino, pero nuestras estructuras no hablan del Reino y, de forma sistémica, nos resistimos al cambio”.

Abuso de poder, el mayoritario

Según el estudio, el abuso de poder es el que más se manifiesta en la vida religiosa femenina. Para González Casas, lo más doloroso de este tipo de abuso es que se produce en “las relaciones pastorales, donde se trata la relación con Dios”.

Durante su explicación ha aportado dos testimonios. El primero, el de una religiosa de una comunidad misionera que relata “cómo una monja extranjera se quedó embarazada de un sacerdote. Él sigue celebrando en el altar y ella volvió a su país como madre soltera”.

El segundo, el de una joven que estaba en el último año de formación universitaria y la provincial le dijo que la general le obligaba a dejarla. “Me dolió porque me faltaba menos de un año. Meses después le pedí explicaciones a la general y ella me confirmó que no dijo nada. “Mi superiora local decidió porque quería que trabajara en la comunidad”, según esta religiosa.

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